Enigma del invitado (fragmento)Emeterio Gutiérrez Albelo
Enigma del invitado (fragmento)

"Todos los maniquíes de la ciudad fueron llegando
con un estrépito de alambres y maderas.
Unos azules discos de gramófono
lucían sobre el pecho, hacia la izquierda,
clavados al nivel
de la quinta traviesa.
Los anunciaba una registradora,
rígida, de librea.
Ingurgitando tiques.
Y escupiendo tarjetas.
Iluminaban el salón enorme
mil hachones de tea,
y, posándose en rotos candelabros,
un rumor de luciérnagas.
Escondido en el carro de la basura, pude
llegar allí y colarme de rondón en la fiesta.
En el momento en que empezaban
los bailarines a autodarse cuerda.
Un zapato de plata, duro y frío,
dirigía la orquesta
de pistones y émbolos,
de palancas y ruedas.
Toda la noche estuve dando vueltas.
En una danza interminable.
Clavado sobre el sexo de una guitarra vieja.
Y la mañana abierta
me sorprendió tendido en la escalera.
Sudoroso, apagándome.
Succionando el pezón de una bombilla eléctrica. "



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