La vida de las imágenes (fragmento)Fritz Saxl
La vida de las imágenes (fragmento)

"Durero oyó hablar de la desaparición de Lutero y creyó que había sido apresado o muerto a traición. En su diario de viaje, que por lo demás es
enteramente práctico, y pragmático incluso, encontramos un grito repentino: «Y si está vivo o ha sido asesinado es algo que no sé, pero ha sufrido por la verdad cristiana y porque ha castigado al papado no cristiano… y lo que es por encima de todo más penoso para mí es que quizá Dios nos deje todavía permanecer bajo la doctrina falsa y Ciega que, después de todo, los hombres a los que llaman Padres han inventado y establecido y por tanto la palabra de Dios es explicada en muchos sitios erróneamente, e incluso no se enseña, oh, Dios del cielo, ten piedad de nosotros, oh, señor Jesucristo, ruega por tu pueblo, sálvanos en el momento oportuno, conserva en nosotros la fe
cristiana buena y justa, reúne tus ovejas dispersas por medio de tu voz… Oh, Dios, nunca antes has cargado tan pesadamente a ningún pueblo con la carga de las leyes humanas como a nosotros, pobres hombres bajo la sede romana que por derecho deberíamos ser cristianos libres salvados por tu sangre. Oh, Altísimo, padre celestial, a través de tu hijo Jesucristo, vierte en nuestros corazones una luz que nos haga reconocer qué mandamientos debemos cumplir, para que podamos dejar todas las demás cargas con buena conciencia y servirte, padre eterno y celestial, con corazones libres y felices».
Puede que fuera durante estos mismos días de 1521 cuando Durero hizo su nuevo dibujo del Monte de los Olivos (lám. 189b). La luz ahora es uniforme, el paisaje despejado, a la derecha hay tres discípulos dormidos, Cristo está extendido sobre el suelo de manera que su cuerpo forma una cruz.
En una esquina vemos al ángel apareciendo en una nube, con la cabeza inclinada compasivamente, presentando el cáliz. Esta es quizá la mayor interpretación de Durero de las palabras de Cristo: «Mi alma está muy triste, hasta la muerte…». Jesús cayó de bruces rezando con las palabras: «Padre mío, si es posible, aparta de mí este cáliz: empero no como yo quiero, sino como tú» (Mat., 26, 38-39). El dibujo expresa el humor de Durero: la salvación estriba en una sumisión total a la fe. La crisis ha pasado y el dibujo tiene una lucidez perfecta, plenitud y fuerza. "



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