El entusiasmo (fragmento)Remedios Zafra
El entusiasmo (fragmento)

"De pequeña Sibila, cuando aún vivía en su pueblo, soñaba con llegar aquí.
Hay deseos que movilizan, pero también logros que frustran. De niña visualizaba esta ciudad como algo muy distinto a su tribu, donde una única cultura, casi dividual, ataba a toda la comunidad como un mismo organismo, de forma que todos en su franja de edad se parecían enormemente, no solo en los cuerpos, también en las ropas y en los nombres.
En la ciudad de ahora sin embargo Sibila esperaba encontrar las calles salteadas de gente muy diferente pero integrada (diversidad de cuerpos, acentos, géneros, culturas, sexualidades, estéticas...). Y esto encontró en sus viajes de hace años. Pero lo de ahora tumba su expectativa, porque allí las categorías a ser también aprietan, conformando a las culturas y grupos en comunidades que viven en los mismos barrios y pasean juntas sin mezclarse visiblemente. Demasiado viaje para ver que el rico prefiere juntarse con el rico, el musulmán con el musulmán, y los del sur con otros sureños.
La ciudad donde ahora habita es uno de los grandes vórtices del capitalismo y el saber, y está llena de claves dispares de época, de diversidad y guetos; de oportunidades para la imaginación y de dinero contaminante; de apabullantes archivos de ciencia y pasado; de poesía condensada; de multitudes de personas juntas pero solas; de turistas que rebosan los itinerarios; de mujeres con burka que solo hablan entre ellas; de ancianos, enfermos y ciegos que apenas se dejan ver; y, hoy, de sobrecualificados camareros y cuidadoras con acento del sur que pasado un tiempo quieren «volver».
Entretanto la maquinaria funciona y produce, queriendo apagar la hostilidad del exilio. Un aliento de inconformidad que sale como ternura inevitable cuando Sibila ve a los recién llegados (como se vería a ella) desde la ventana echarse el disfraz encima del cuerpo, hablando por sus teléfonos con acentos distintos y saliendo a trabajar por una acera de alambre.
Queriendo concentrarse en ese alambre, sintiendo que en algún extremo se engancha muy, más, al sur.
Ahora que Sibila está fuera de su país, ella siente que habita en algún lugar intermedio, en algún limbo donde estar fuera o dentro es algo que acontece al mismo tiempo. La sensación le resulta familiar desde que abandonó su tribu (pero no del todo) hace muchos años. Ahora este difuminar de estar y no estar a la vez es atravesado además por su desubicación laboral. Una mala (di)solución que (ella siente) amenaza con hacerla desaparecer. "



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