Si descubres un incendio (La Bella Varsovia) (fragmento) "Ahora voy a contarte lo que el olvido alumbra. Ahora que estás de nuevo solo, no importa en qué brazos, y como peregrinos disciplinados marchan los días uno tras otro a ninguna parte. Suceden noches. También sucedes tú con ellas. No hay otro cuerpo al cabo de lo oscuro. El viento del insomnio gira inmisericorde en remolinos detrás de las cortinas. Si cierras los ojos nada aparece. Tampoco lo contrario. Quizás todo adiós es festín de ceniza, el gesto inútil de un animal que muere y deja caer su sombra, apenas huérfana, en el cauce apresurado del olvido. ¿De qué sirve ya mentirnos, sostenernos contra qué, estorbar el olvido? Porque ahora están aquí, atravesadas en la garganta, hueso de la derrota: las palabras. Las que deja el amor cuando el amor se acaba. Dejaste en los techos pequeños nidos. Como un souvenir que se compadece -pues aún ridículo alberga el recuerdo, y quién sabe ya qué ni por qué fuimos, y si alguna vez de verdad nos amamos o creímos amarnos y eso bastaba- todas las noches los nidos cuento: obstinada materia ya sin vida de los días en que el amor estuvo y nosotros con él en esta casa Y luego ya en la casa nuestra tristeza toda, los días que vivimos en un rincón se ahogan. Y ya el amor se rinde -porque es de amor la norma-. Fantasma de sí mismo así nos abandona Que te llamabas Juan acaso ya no importa. Y digo "llamabas" porque obviamente no te [acuerdas de quién soy yo ni por qué todavía. Pero en noches como esta aún forcejeo ridículo con nuestra historia. (y digo "nuestra historia" por no decir "mi historia" cuando no mejor callarme) Y es verdad, demasiadas veces demasiados cuerpos que son naufragio, demasiados los náufragos que van dejando; demasiado el engaño demasiado el botín del desencanto, demasiado, amigo, ya demasiado. " epdlp.com |