Las ansias carnívoras de la nada (fragmento)Alejandro Jodorowsky
Las ansias carnívoras de la nada (fragmento)

"Mi negro cargamento avanza resignado en la noche oscura a través del silencio mortal y de pronto, como un sacrilegio, su superficie se cubre de un jardín lúbrico. Y yo, temblando por la fiebre, con los ojos ardiendo y la nariz devorada por ese perfume de otro mundo, durante centenares y centenares de kilómetros me afano tratando de arrancar la aberración... ¡Miren, allí surge una más! ¡Monstruo procaz, no me resistas! ¡Por piedad, ustedes, con las fuerzas que les queden, ayúdenme a extirpar esta maldición! ¡Quiero que mi abono sea puro, perfecto en su ignominia! No se hagan de rogar... Tómenme por la cintura, jalemos, hagamos un esfuerzo sobrehumano... ¡Maldición! El tallo se ha quebrado, no hemos avanzado ni un milímetro. Nunca se logra arrancarlas de cuajo. Tienen raíces comunes, invisibles. Pienso que no nacen en el fondo de la carga, sino que vienen de más lejos. Profundas, bajan por las ruedas del camión y como largos, inmensos filamentos entran en el corazón del planeta... ¡Vean aún! Escarbo en cualquier sitio... ¡Tres lotos más! Apenas extirpo una, diez voraces flores surgen en otro lugar abriendo sus hocicos blancos. Entonces vienen nubes de abejas golosas a sumergirse en esas vaginas dulces y el néctar espeso chorrea en cascadas y los zumbidos de placer me vuelven loca y como movida por una voluntad ajena me froto los senos, abro las piernas, meto los dedos en mi sexo. ¡Ayúdeme, mi General! ¡Sáqueme de estas alturas, déjeme quedar en el abismo! ¡Basta! Cuando el camión llega a la trituradora, la carga está perdida. Estos lotos siniestros lo han consumido todo, no queda una gota de excremento... Si la plaga nos roba la podredumbre, ¿qué será de mí, de nosotros, de este país heroico? Le he rogado a mi General que me envíe maniatados a los presos políticos, los huelguistas, los enfermos graves, los ancianos, los desobedientes, los haraganes, los confusos, todos los extranjeros... ¡Sépanlo! El país, desde hace mucho, ya no vive del abono clásico vuelto inútil por la invasión de lotos... El suelo patrio vive de un puré de carne y huesos que proporcionan los ciudadanos inútiles admirablemente bien triturados... ¿Comprenden ahora por qué les hablo tanto? ¿Por qué me gasto en convencerlos? ¡Húndanse ya en mi pobre caca! Enriquézcanla con sus cuerpos resecos. No lo hagan por mí ni por el país: ¡háganlo por el General! Cada ciudadano sacrificado agrega una nueva sonrisa a su rostro. "


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