Sudor (fragmento)Jorge Amado
Sudor (fragmento)

"Tiró el violín encima de la cama. El cuaderno de sambas cayó al suelo con las hojas dobladas. No se movió. ¿Qué le importaba? Llegó hasta el agujero de la ventana y se quedó mirando los negros tejados de la ciudad vieja. Las laderas eran los brazos de la ciudad tendidos hacia el cielo. Allí abajo, en el centro de la ladera empedrada, quedaba el pelourinho17 puesto por los colonizadores portugueses. Ahora, el pelourinho había desaparecido, pero la ladera que tomó su nombre era como un pelourinho también. Todos los que vivían allí llevaban una vida estrecha, sin pan, sin trabajo. Se acordó de Álvaro Lima. El agitador le había dicho que las cosas no mejorarían mientras los obreros no mandaran en el país. Escuchó sus proyectos de huelgas, «de elecciones. Un grupo de hombres sucios y sudados subía la ladera. Por primera vez el violinista comprendió cómo sería la revuelta de esos hombres explotados. El día que ellos descubrieran…
'Abandonó la ventana y se acercó a la cama. La noche caía y ni se acordó de encender la vela. Sacó el violín de su caja, pasó los finos dedos por las cuerdas, articulando un sonido que golpeó en sus oídos como la queja de los hombres sudados. Caminó hasta el espejo, se alisó el pelo. Miró el retrato que colgaba sobre el espejo. Como el crepúsculo, su madre parecía más vieja, más acabada, desanimada de todo. Se acordó de los viajes gloriosos que su imaginación hacía delante del espejo y del retrato… Apartó los otros pensamientos y trató de viajar. París… ¿Por qué sería que los diarios hablaban poco de él? Berlín… Las muchachas no le venían a pedir autógrafos. Viena… La multitud ya no lo esperaba más… ¿Por qué sería? ¿La multitud estaría dedicada a una revolución? Su gira no tuvo éxito. Volvió á la realidad con el corazón acongojado, con la tristeza de los viejos artistas olvidados por el público. El retrato de su madre desaparecía en las tinieblas. Un olor a moho invadía la pieza al llegar la noche. El frasco de brillantina estaba vacío.
Anduvo por la pieza sin querer pensar. Abrió la puerta y salió en dirección a la escalera, se volvió. La tuberculosa tosía en la pieza del fondo. Era una tos débil, casi sin fuerzas. Vera salió corriendo de la pieza para llenar un vaso con agua. El violinista la saludó. "



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