Saint-Cyran (fragmento)José de Arteche
Saint-Cyran (fragmento)

"Berulle llegó a ser nombrado ministro de Estado, cargo en el que pronto tropezó con Richelieu, que por su parte sabía perfectamente a qué aspiraba. El cardenal de Berulle, además de ser gran amigo de Saint-Cyran a quien propuso para el obispado de Bayona, lo era asimismo de San Francisco de Sales y el cardenal Du Perron.
Para mejor perfilar al personaje hay que añadir que fue gran protector de las ciencias y las letras, que distinguía con sus favores a Descartes y que su celo obtuvo la conversión de muchas damas protestantes. Místico profundo, gran teólogo, aristócrata de nacimiento y de cultura, la austera figura de Berulle, henchida de interior delicadeza y unción y finura diplomática, domina el catolicismo francés de su época.
Para Saint-Cyran la amistad con Berulle, el gran espiritual, tuvo extraordinaria importancia, y es una pena que otras influencias posteriores, o mejor todavía, las alternativas de su propio genio, oscurecieran las trazas de esa influencia. Sin embargo, tal vez habría que buscar en Berulle el origen inconsciente del antijesuitismo de Saint-Cyran, pues éste recibió importantes confidencias de aquél en orden a sus luchas con las congregaciones establecidas en Francia, confidencias que fraguaron de modo explosivo en el espíritu extremoso del bayonés.
Berulle quiso a todo trance ver a Saint-Cyran, promovido a obispo, opinando en apoyo de este deseo que la responsabilidad del cargo le adaptaría a las realidades de la época.
Después de Berulle, la cita de Robert Arnauld d’Andilly es de todo punto obligada, aunque su nombre, vinculado al de la ilustre familia de los Arnauld, tenga mejor acomodo en las páginas dedicadas a Port-Royal. Robert Arnauld d’Andilly, abogado, político iniciado desde la más temprana juventud en los secretos de la más alta administración del Estado, hombre equidistante que gozaba del favor de las más elevadas y encontradas jerarquías del Reino —la Reina Madre, el Rey, Richelieu, Condé—, el hijo mayor de la numerosa familia de los Arnauld constituye una de las más fundamentales amistades del abad de Saint-Cyran y en buena parte explica la introducción de éste en las más elevadas esferas de la Corte de Francia.
Monsieur Vincent, el señor Vicente, el gran cristiano gascón, defensor y amparo de los pobres, que andando el tiempo sería venerado en los altares con la advocación de San Vicente de Paul, es también uno de los contrastes más vivos de esta historia. Un hombre nacido en Pouy, pueblecito cercano a Dax, de una muy pobre familia de labradores. Ordenado sacerdote como muchos en aquella época, a edad tempranísima, a los veinte años de edad, Vicente de Paul llevaba camino de ser uno de tantos clérigos negociantes, cuando un suceso imprevisto decidió otro rumbo a su vida.
En 1605, hallándose en Marsella adonde había ido para recuperar un crédito, se embarcó al regreso con destino a Narbona. Tres bergantines piratas turcos atacaron al navío y apresaron su tripulación y pasaje. Vicente de Paul fue vendido por los piratas en el mercado de esclavos de Túnez, cuando contaba unos veinticinco años de edad, a un alquimista y a un renegado originario de Niza que era mediero del Bey. "



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