La lucha por la desigualdad (fragmento)Gonzalo Pontón
La lucha por la desigualdad (fragmento)

"Si algún paso en la historia de las sociedades humanas modernas pudiera asimilarse al «equilibrio interrumpido» de Gould, es el que deberíamos situar en el siglo xviii y, concretamente, en su último tercio. A lo largo del siglo, la desigualdad había formado parte del paisaje humano como había ocurrido antes en la historia, en una «estasis», como diría Gould, pero a partir de la segunda mitad, con el crecimiento de la población y el gran desarrollo del comercio mundial, el ímpetu de la burguesía, es decir, el éxito diferencial «de una parte de la población de un mismo linaje», que quería transformar en poder político su potencial económico, se enfrentó a los estamentos feudales, ya quebrantados política y económicamente, que tuvieron que luchar sin descanso por mantener sus privilegios y su estatus, es decir, su desigualdad respecto a la nueva fuerza en ascenso y frente a los comunes. Esa lucha la iban a perder por las buenas (Provincias Unidas, Gran Bretaña) o por las malas (Francia), para acabar siendo fagocitados en las filas de la riqueza burguesa (Provincias Unidas, Gran Bretaña) o desposeídos y exiliados, aunque por breve tiempo, hasta su reconversión económica y social (Francia). Pero «la nueva especie» emprendió a su vez una lucha por la desigualdad más duradera, y al cabo más triunfal, que la de los viejos estamentos del Antiguo régimen: la que la enfrentó a las clases subalternas de las que se había escindido y que habían de ser, ahora, sus vasallos como antes lo habían sido de los señores feudales, pero con un cambio fundamental en los modos, en las formas y en el lenguaje: ahora los comunes serían libres para contratar su fuerza de trabajo con la nueva clase dirigente. Se iniciaba así un nuevo avatar del capitalismo, ahora como sistema social y forma de vida que excluía toda alternativa. "


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