Discurso en la Real Academia de Jurisprudencia en 1900 (fragmento)Félix de Llanos
Discurso en la Real Academia de Jurisprudencia en 1900 (fragmento)

"De esta especie de ataxia moral, de esta laxitud espiritual que hace pensar con envidia en el querer fuerte del Zoilo retratado, por Pérez Galdós en Vergara se resiente, más que ninguna otra clase social, la juventud afiliada bajo el estandarte del Derecho, dándose hoy el deplorable espectáculo de que, cuando tantos indocumentados reclaman un puesto en la gobernación de la república y se creen con aptitudes para organizaría ó desorganizarla de arriba abajo, aquellos á quienes la Universidad expidió títulos y dedicó enseñanzas relacionadas con la administración del Estado permanezcan pasivos y silenciosos, sancionando con su aquiescencia tácita las patentes de desinterés y los monopolios de patriotismo que á sí mismos otorgan los que, tendiendo á declararnos incompatibles con toda función de gobierno, pretenden hallarse en disponibilidad de legislar sobre contribuciones, impuestos, aranceles, tratados de comercio y otros extremos, en los que no cabe sospechar que nadie se deje guiar por otros móviles que el del interés supremo de la Patria.
Y no es que deba negarse en absoluto que carezcan de condiciones para gobernar los que con mohín despectivo nos motejan de bachilleres, olvidando que esta enfermedad del bachillerato no siempre sale á la cara y puede fácilmente acontecer algo parecido á lo que le sucedió á D. Quijote cuando creía que estaba luchando con el Caballero de los Espejos, y luego se supo que el tal caballero era el travieso bachiller Sansón Carrasco, convenientemente disfrazado; pero lo que defiendo es que, cuando se ha elegido una carrera en la que se ha estudiado la ciencia del Derecho político y administrativo. Hacienda pública, Organización de Tribunales, Derecho internacional y otras materias conexas con el arte de gobernar, se tiene el deber de hacerse oír siempre que de ellas se trate, saliendo al paso de tanta herejía como por ahí se dice y recabando para la clase á que pertenecemos el mismo respeto y la misma consideración que á nosotros nos merece todo aquel que habla de lo que, por razón de su oficio, estudia y conoce.
Más para que ese respeto y esa consideración no se nos escatimen bajo pretexto alguno, menester será que, al par que aparezcamos unidos, aparezcamos laboriosos.
Para la- unión y el trabajo la Academia de jurisprudencia tiene abiertas sus puertas, correspondiendo así á su misión y á su historia. Cultivemos con esmero nuestro huerto, que quien descuida la hacienda propia no sueñe con que le confíen la custodia de la ajena. "



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