Teseo (fragmento)Eduardo Dieste
Teseo (fragmento)

"Según se ve, la veracidad cubista y futurista no es mayor que la clásica. ¿Por qué del respeto de Boccioni y de Picasso por lo que no se ve, y de Gleizes por el artificio del plano pictórico y de su desdén por las leyes naturales de la visión? Lo ético sería negar las dos cosas, como hace Sócrates, o, cuando menos, ceder a la evidencia de los ojos con la misma buena fe de Paolo Ucello al inventar la perspectiva. Se podrá, en cambio, decir que si la ilusión es el medio del Arte, mejor cuanto más se aumente; y esto es verdad con relación al medio propio de cada arte que el Cubismo y el Futurismo quieren traspasar y no pueden y no es necesario. Cierto es que la Naturaleza para comunicarse con el hombre, en magnitud y en variedad, ha debido hacerlo por medios adecuados, significativos, que sólo un niño de pocos meses o un filósofo en las nubes pueden tomar como engaños de los sentidos; pero los ojos perciben y enriquecen las sensaciones plásticas; los oídos, del sonido; y la imaginación crece por todos los intérpretes corporales, se deleita con la versión de cada uno y expresa, también con palabras, que son signos, el parecer del mundo. La verdad de las emociones, la única digna de regir la moral artística, encuentra sus límites en la necesidad de expresarla por la unión de los medios de industria y naturales de cada arte, lo cual debe hacerse con la mayor libertad del alma. Así, la perspectiva plana del relieve egipcio, que por la pureza de la línea no puede ser comprendido entre los casos de dibujo bárbaro caracterizados por la ley de frontalidad de Lange, y más bien hay que entender como una solución decorativa que no destruye el efecto arquitectural de los muros; la de mosaicos y tablas bizantinas, que resulta del medio técnico, del candor de los artistas y de áridas convenciones; la esquematización de perspectiva natural o su deformación practicada por tantos artistas modernos, para mantener los colores en luz o los motivos del tema en la fuga de sus formas: todas las alteraciones son legítimas cuando son naturalmente posibles.
Ni siquiera la sustancia fluida del sonido y de las ideas permiten al músico y al poeta cruzar de infinitas relaciones presentes la esfera de su obra; palpitan como implicadas en las que afirman su existencia, por muy abierto que sea su organismo; y entre el riesgo de la pobreza y de la riqueza navega la virtud del pensamiento, que necesita sacar sus conceptos del caos. La imaginación sin hilos, las palabras en libertad, pedidas por Marinetti, han de ser de urdimbre sutil que no se ve, para unir rápidamente los puntos más lejanos de una emoción y herir con su relámpago el alma descuidada. No hay manera de expresar o comunicar algo, sin alguna sintaxis; cuanto más, las interferencias plásticas, subordinadas a medios físicos más densos, tendrán que evitarse, no siendo necesario el remedo tosco de la poesía que intentasen; porque las atribuciones de todas las artes desaguan en cada una de ellas por misteriosos o anales y equivalencias, formando una plenitud espiritual que justifica la propiedad de sus leyes. Para trasladar al plano sólido de las artes la imaginación gaseosa del Futurismo, se impone el desuso de los motivos naturales enteros, que fragmentados y con el valor de signos constituyen jeroglíficos compenetrados, sinfónicos, de intuición mental más que sensitiva. "



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