Un recuerdo que dejo (fragmento)Saul Bellow
Un recuerdo que dejo (fragmento)

"Eran pocas las personas dispuestas a tratar estos temas. Hasta Stephanie se impacientaba: «Cuando mueres, se acabó. Te mueres y punto». A ella le gustaba pasarlo bien. Cuando yo no la llevaba al teatro Oriental, no se privaba de la compañía de otros chicos. Volvía con chistes picantes de vodevil. Creo que el teatro Oriental era parte de un circuito nacional de varietés. Allí actuaban Jimmy Savo, Lou Holtz y Sophie Tucker. A veces, yo le resultaba a Stephanie demasiado solemne. Cuando ella imitaba a Jimmy Savo cantando River, Stay Away from My Door, agachándose y juntando las rodillas, no lograba hacerme reír, y se quedaba decepcionada.
Podía pensarse que este libro, o fragmento de libro en mi bolsillo, era el talismán de un cuento de hadas capaz de abrirme las puertas de un castillo o de conducirme hasta las cimas de las montañas. Pero cuando la mujer me preguntó qué era, tenía la cabeza demasiado dispersa para contestar. No olvides, a todo esto, que yo seguía con la mano en la parte inferior de su espalda, tal como se me había indicado, atormentado por el engranaje sensual de sus movimientos. Estaba descubriendo lo que la señora de la fiesta había querido decir cuando comentaba: «Yo sé cómo ponerlos al rojo vivo». No es de extrañarse, entonces, que no estuviera en condiciones de hablar del Ego y la Voluntad, de los secretos de la sangre. En efecto, estaba persuadido de que existía un saber superior que era compartido por todos los seres humanos. ¿Qué otra cosa podía mantenernos unidos, sino esta fuerza oculta detrás de nuestra conciencia cotidiana? Pero ser coherente en este asunto era, en ese momento, imposible. "



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