Lo que fue presente (Diarios 1985-2006) (fragmento)Héctor Abad Faciolince
Lo que fue presente (Diarios 1985-2006) (fragmento)

"Terrible encrucijada de mi vida. Si sigo viéndome con Eugenia, siento que ya no hay regreso. El No Retorno de los aviones cuando ya han tomado demasiada pista antes del despegue y un motor se para; es imposible frenar, hay que despegar, así la fuerza sea insuficiente y te estrelles contra la primera colina por no poder superarla. Mantener mi relación con Irene (que sigo sintiendo como lo «natural», lo correcto, lo corriente, lo sosegado). Seguir con Eugenia: el gran riesgo, el salto al vacío.
Ella me obsesiona: ocupa mi cabeza, copa mi pensamiento. Tal vez eso sea el amor. Sin duda lo es. No, sí dudo de que lo sea. O no, creo que sí es: que el cuerpo es el que escoge, no la mente ni la voluntad. Pero me asusta. La angustia de no saber qué hacer. Llego a la casa de Eugenia y solo acabo de calmarme cuando hacemos el amor; antes de hacerlo vivo en una tensión que no me aguanto. Su hija es necia. Y probablemente lo será siempre conmigo; no me quiere, me tiene celos, rabia. Descansamos de ella, de sus quejas, de sus gritos, de sus golpes, cuando al fin se duerme, vencida por el cansancio de su propia ira. Después, de sobremesa, de sobrecama, Eugenia me habla de sexo: de la enorme cantidad de sexo de su vida pasada. Mi alma mojigata se alarma: se prende en mi mente una alerta roja. Una que tiene siempre tres orgasmos, mínimo, como ella misma dice: «Siempre tengo orgasmos; mínimo tres», así dice. Eugenia me ata a ella por unos celos enfermos. En Irene confío y confiaba ciegamente; en Eugenia no confío ni con los ojos abiertos, viéndola.
Me hace daño releer el diario, mis otros diarios. Los pasos, las traiciones, las incertidumbres. No soy capaz de leer las cartas que Irene me manda, porque no hago más que llorar cuando las leo. Me siento como en pecado, me siento como un criminal. Estoy muy atemorizado por el rumbo incierto de mi vida: de mi vida familiar, la relación con mis hijos, con la familia de Irene, con mi propia familia, con mi mejor amigo. Perdí, estoy a punto de perder del todo, el piso de lo seguro: vivir con la mamá de los que más quiero: Dani y Mon. Por ahora tomo una decisión: me voy con ellos para Cartagena este fin de semana. Con los tres. Tal vez este viaje me dé algo de claridad. "



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