El silencio de la ciudad blanca (fragmento)Eva García Sáenz de Urturi
El silencio de la ciudad blanca (fragmento)

"Después, la verdad me golpeó en la cara más duro que un guante de boxeo, me dejó aturdido, como al resto del país. Nadie esperaba que Tasio Ortiz de Zárate fuese el culpable. Me habría dado igual que fuese cualquiera: mi vecino, una monja clarisa, el panadero, el mismo alcalde… Me habría dado igual.
Pero no él, nuestro héroe local, algo más que un ídolo: un modelo. Arqueólogo mediático, triunfador en un programa de televisión con récords de share en cada emisión, autor de libros de historia y misterio que agotaban tiradas en semanas, Tasio era el tipo más carismático y encantador que había parido Vitoria en las últimas décadas. Listo, muy atractivo, a tenor de la opinión unánime de cualquier fémina y, además, duplicado.
Sí, duplicado.
Teníamos dos para elegir. Tasio tenía un gemelo univitelino, idéntico hasta en la forma de cortarse las uñas. Indistinguible.
Optimista como él, de buena familia, alegre, juerguista, educado, correcto… Con apenas veinticuatro años tenían Vitoria a sus pies y un futuro que se les suponía más que brillante: estelar, estratosférico.
Ignacio, su gemelo, se inclinó por el camino de la ley: se hizo policía en los años duros, el tío más íntegro que hemos tenido en el cuerpo. Nadie esperaba que la historia acabase entre ellos como acabó. Todo, y digo «todo», fue demasiado sórdido y cruel.
Que un hermano encuentre pruebas irrefutables de que su gemelo es el asesino en serie más buscado y estudiado de la democracia, que él mismo tenga que dar la orden de detenerlo cuando hasta la fecha eran inseparables como siameses… Ignacio se convirtió en el hombre del año, un héroe a respetar, el que tuvo los arrestos de dar la cara y hacer lo que pocos haríamos: entregar a tu propia sangre a una vida entre rejas.
Lo que me llevaba a una cuestión inquietante: tanto El Diario Alavés como El Correo Vitoriano, nuestros dos periódicos locales y rivales a muerte, no dejaban de recordar por aquellos días que Tasio Ortiz de Zárate saldría en un par de semanas gracias a su primer permiso carcelario, después de veinte años en prisión. ¿Y ahora, precisamente ahora, la ciudad con el índice de criminalidad más bajo de la zona norte se apuntaba dos cadáveres en el macabro marcador de las estadísticas? "



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