VademécumHilde Domin
Vademécum

"El muerto es el único en quien se puede confiar.
Está en nosotros
acurrucado en sí mismo
como una bola suavecita
un embrión
o un pequeño animal
al que se mete en una caja con hoyos
y se la esconde en el bolso
solo que mucho más cómodo.
Él no ocupa casi espacio
no gasta en transporte
ni significa sobrepeso de equipaje
en los vuelos transcontinentales.
Él siempre está ahí.
Responde todas las preguntas
y no hace ninguna.
Nos ve cuando lo vemos
y da vuelta la cara si miramos para otro lado
no exige nada
no decepciona
apenas se queja
cuando un día lo olvidamos
o una semana.
Y cuando nos sentimos solos
y lo pensamos
brilla cálidamente de vuelta
como una estufa eléctrica.
El muerto no miente
ni será engañado
tampoco formará parte
de los acuerdos.
Él no vende
ni es mercancía
en las liquidaciones del miedo.
Si eres la mano
el brazo
el corazón
de otro ser vivo:
muere pronto.
Al muerto le es permitida la totalidad.
Apúrate en ser un muerto
al muerto
se le mantienen las promesas. "



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