El país de la bruma (fragmento)Arthur Conan Doyle
El país de la bruma (fragmento)

"Malone había dado su palabra de honor de no hablar de amor a Enid Challenger, pero las miradas son elocuentes, de tal suerte que la comunicación entre ambos no quedó del todo interrumpida. En todos los demás aspectos, cumplía escrupulosamente su promesa, aunque la situación era difícil. Resultaba aún más difícil porque era visitante asiduo del profesor y, pasada la irritación del polémico debate, un visitante muy bienvenido. El único objeto de la vida de Malone era conseguir que el gran hombre aceptara las teorías psíquicas que tanto le habían cautivado a él. Trató de conseguirlo  con tenacidad, pero también con mucha cautela, pues sabía que el volcán estaba aún en activo y que siempre era posible una violenta explosión. Ocurrió en una o dos ocasiones, por lo que Malone evitó cualquier referencia al asunto durante una semana o dos, hasta que el terreno le pareció un poco más firme.
Malone desarrolló un ingenio notable en su manera de abordar la cuestión. Una de sus tretas favoritas era consultar a Challenger sobre alguna cuestión científica, como la importancia zoológica del estrecho de Banda, por ejemplo, o los insectos del archipiélago malayo, e insistía e insistía hasta que a Challenger no le quedaba más remedio que decir que los conocimientos sobre esa materia se debían al trabajo de Alfred Russell Wallace. "



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