Juicio a una prostituta (fragmento) Demóstenes
Juicio a una prostituta (fragmento)

"Después tuvo dos amantes, el corintio Timanóridas y el leucadio Éucrates, quienes, al resultarles muy carera en sus tarifas Nicareta, que exigía de ellos que satisficieran los gastos diarios de toda la casa, le pagaron trescientas minas por el cuerpo de Neera y se la compraron conforme a la legislación de la ciudad, como se compra a una esclava.
La tuvieron y disfrutaron cuanto tiempo quisieron. Pero, cuando fueron a casarse, le anunciaron que no querían ver a aquella que había sido querida de ambos prostituirse en Corinto ni dejarse amparar por un chulo, que se conformarían con recuperar una cantidad menor de la que habían gastado en ella y que les parecía bien que ella se quedara algo para sí misma. Se comprometieron entonces a dejarla libre por mil dracmas, quinientos por cabeza. Y le pidieron a ella que les devolviera las veinte minas cuando las consiguiera.
Al conocer las condiciones de Éucrates y Timanóridas, Neera manda llamar a Corinto, entre otros antiguos amantes, a Frinión de Peania, que era hijo de Demón y hermano de Demócares, un individuo que llevaba una vida licenciosa y extravagante, como recordáis los de más edad. Cuando Frinión acude a ella, Neera le traslada la propuesta hecha por
Éucrates y Timanóridas, y le da el dinero que había recaudado de los otros amantes, reunido en concepto de ayuda para obtener su libertad, y lo que ella misma tenía ahorrado, al tiempo que le ruega que, tras añadir el resto —esto es, lo que faltaba para las veinte minas— pague por ella a Éucrates y Timanóridas para que la dejen libre. Él, contento al oír su
plan, toma el dinero que le habían dado los otros amantes, añade él mismo lo que falta y paga a Éucrates y Timanóridas las veinte minas por su libertad, acordadas a condición de que no se prostituya en Corinto. "



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