Café de artistas (fragmento)Camilo José Cela
Café de artistas (fragmento)

"La puerta giratoria del Café de Artistas da vueltas sobre su eje. La puerta giratoria del Café de Artistas, al dar vueltas y más vueltas sobre su eje, hace un ruido mimoso, amoroso, doloroso. En la puerta giratoria del Café de Artistas hay cuatro esclusas, cuatro estaciones; si los poetas son delgaditos y espiritados, hasta pueden caber dos en cada pozo amargo, en cada cangilón de noria. Pero si del Café de Artistas hubiera que sacar a un poeta muerto, a un poeta con los pies para adelante, a la puerta giratoria habría que doblarla, como un abanico.
La puerta giratoria del Café de Artistas tiene un cepillito al borde, de abajo a arriba, para que no se escapen al frío de la calle los malos pensamientos. La puerta giratoria del Café de Artistas es una bonita imagen, algo semejante a un bonito hallazgo al que se puede estrujar y estrujar, hasta sacarle todo el partido posible. El Café de Artistas está lleno de aleccionadores, de sobrecogedores hallazgos.
[...]
La poesía también está llena de enternecedores, de preocupadores hallazgos. Lo de tus ojos hondos como la verde mar, ya no se estila. Lo de la noche tachonada de estrellas, tampoco. Ahora se usa más, más eficazmente, quisiéramos aclarar, el hacer equilibrios con las palabras y decir «desterrado» y «surtidor». «Desterrado» es muy social, muy social; es casi como «sangre». «Surtidor» es muy etéreo y vertical, muy etéreo y vertical; es casi como «ciprés».
Las señoras hieden, pero no importa. Las señoras componen a brazo, como el chocolate de los conventos, sus cuentos y sus novelas, pero tampoco importa. Se trata de un problema de endocrinología.
Los poetas toman café con leche, que siempre inspira. Algún poeta, de cuando en cuando, se agacha y pasa, igual que al mus. Entonces, se le retira la inspiración y murmura o hace artículos para los periódicos. Las señoras, por el contrario, no pasan a nada. Las señoras son un saco sin fondo de prosa, de café, de versos y de leche. "



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