Trinidad Simó El Cabanyal: un barrio patrimonial a rehabilitar (fragmento) "Los pescadores y marineros revistieron las fachadas y en gran medida el interior de las plantas bajas con azulejos, tanto para prevenir la humedad, puesto que el nivel freático era muy alto, como para proteger el exterior del viento húmedo y salino que venía del mar y de la lluvia. En realidad, en todas las casas de la huerta de Valencia e incluso en muchos edificios de la ciudad, los zaguanes, porterías o patios de entrada estaban también a menudo recubiertos con un alto zócalo (aproximadamente un metro y medio) debido al mismo factor, el alto nivel de las capas freáticas. Y si esta situación no eliminaba la humedad al menos tapaba las manchas que ésta dejaba. En las casas populares, todavía hoy, el alto zócalo recorre también las habitaciones de la planta baja. La diferencia con el Cabanyal radica en que aquí es toda la fachada la que está recubierta de azulejos, desde la planta baja al ático. Éste es uno de los grandes atractivos y es aquí donde entra la fantasía y el gusto personal. Por aquel entonces, primeras décadas del siglo XX se levantaron tres grandes e importantes obras: la Estación del Norte, de Demetrio Ribes, con proyecto de 1906, el Mercado Central (1910-1929), de Alejandro Soler y March y de Francisco Guardia Vial, y el Mercado de Colón (1914-1916) de Francisco Mora. Las tres obras supusieron una gran renovación para Valencia. Los mercados con garantías de higiene sustituyeron a los tenderetes que se ponían y quitaban cada día. " El Poder de la Palabra epdlp.com