Sonka (fragmento)Ignacy Karpowicz
Sonka (fragmento)

"Los gatos no mienten, porque fueron hechos con los materiales más nobles: pelaje de terciopelo, esmalte duro, goma y pneuma. Mienten las personas, los perros y los ratones. Sobre todo los ratones. En realidad los ratones nunca dicen la verdad. Chillan. Los ratones son un mal de color gris con una cola pelada y ese mal hay que ahogarlo con la zarpa, hacerlo crujir con los dientes y tragárselo. Las gallinas tampoco mienten, porque están hechas de plumas, pico y patas. En semejante trío no hay sitio para nada que no sea grano.
Desde hace siglos los gatos se preguntan por qué la gente miente. Hace miles de años uno de los gatos más importantes del mundo, Osiris el Egipcio, maulló que era debido a la influencia dañina del libre albedrío. Pero, después de todo, los gatos también tienen libre albedrío y en cambio solamente he conocido un gato, en realidad una gata, Copo de Nieve, rayada, con su corbata blanca y sus calcetines, que sin duda se apartó de la verdad al hacerme responsable de una camada suya. En fin, cosas de gatos.
[...]
Estaban sentados junto a la mesa. Una cortina blanca tapaba el rectángulo del cristal de la ventana y cortaba la noche formando una imagen digna de una tienda de artesanía. Una imagen que no describía nada, tan solo era un fragmento del folclore de la frontera, una silueta recortada de la tradición. Jozik volvió a la lezhayka. El «zape» lo había puesto en un compromiso, se había enfadado con su ama. Para expresar este sentimiento, se tumbó indiferente hecho un ovillo.
Igor experimentó una nostalgia difícil de definir, como si añorara algo de lo que no había disfrutado, pero que había perdido. O como si añorara la nostalgia por la continuidad, por el hilo enrollado en un ovillo, sin nuditos.
Sońka llegó al fragmento de su narración en el que se había detenido su invitado. Sońka portaba un bebé en sus entrañas. Igor aún no sabía lo que había sucedido en la vida de Sońka, pero tenía la convicción errónea —suele ocurrir a veces con las convicciones— de que el bebé no había abandonado con vida el vientre de su madre. "



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