Viaje alrededor del mundo, siguiendo el ecuador (fragmento)Mark Twain
Viaje alrededor del mundo, siguiendo el ecuador (fragmento)

"Tal debe de ser el secreto del auge y desarrollo de la secta. ¡El goce de matar! Y el de ver matar, pues ambos son rasgos típicos de la personalidad humana. La raza blanca no es más que una versión modificada de los thug: thug que se corroen bajo las restricciones de una capa no muy gruesa de civilización, thug que siglos atrás exultaron con las carnicerías del circo romano, y luego con la quema en las plazas públicas de cristianos dudosos por cristianos genuinos, y que hoy, junto a los thug de España y de Nimes, afluyen a la arena para disfrutar de la sangría y miseria de la corrida. No conozco a turistas de ningún sexo ni credo que sean capaces de resistirse al reclamo de las plazas taurinas cuando se les brinda la oportunidad; y somos thug moderados en la época de caza, ávidos de perseguir y matar a un manso conejo. De todas formas, hemos hecho algunos progresos, microscópicos si se quiere, escasamente dignos de mención y menos aún de fáciles jactancias, pero progresos al fin y al cabo: ya no nos deleitamos asesinando o abrasando a personas desvalidas. Hemos ascendido a una somera altitud desde la que podemos mirar a los thug indios despreciativamente, con un escalofrío de autocomplacencia; y cabe esperar que llegará el día, todavía a años luz, en que la posteridad nos contemple en análoga actitud.
Existen indicios de que el thug se embarcaba a menudo en sus cacerías de hombres por mera diversión; que el espanto y dolores de la presa no le inquietaban más de lo que nos inquieta a nosotros el terror de la liebre o el ciervo; y que no se arrepentía más por haber engañado a la caza con añagazas y abusos de amistad que nosotros cuando imitamos la voz de un animal salvaje y le disparamos en el momento en que, dispensándonos el honor de su confianza, viene a ver qué deseamos. "



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