Los cazadores (fragmento)James Salter
Los cazadores (fragmento)

"Tenía que saberlo. Era una noticia de lo que había sido su hogar, y estaba hambriento por conocerla, como un exiliado. Era un hombre perdido, a la deriva en mareas extranjeras. Nunca podría regresar, ni encontraría la paz donde estaba. No podía hacer más que nutrirse de los recuerdos y aferrarse a un viejo amigo de paso, como un moribundo.
Daba lástima. Cleve sintió la pena en el estómago, como un huevo de hierro. Era como ver a un hombre ahorcado. Podía sentir la soga alrededor de su propio cuello, sus propias manos atadas, las rodillas muertas. Podía sucederle lo mismo a él, fácilmente, a cualquiera que amara con demasiada intensidad o se mantuviera fiel a sus creencias. Se vio en el lugar de Abbott, sentado al otro lado de la mesa, devorando las migajas que tenía la suerte de encontrar. Le daba reparo mirar, pero era una atracción tan poderosa como echar un último vistazo al rostro céreo de un amigo en la capilla ardiente. Quizá por eso todos odiaban a Abbott, pensó Cleve, porque se veían a sí mismos.
No conseguía librarse, ni siquiera durante una hora. Había una manera de vivir y una manera de morir. Cleve supuestamente debía enseñárselo. En eso consistía ser un líder. En momentos así se convencía de que no era su papel. No tenía bastante para dar. No quería a sus hombres lo suficiente.
Si un defecto tenía era el exceso de lucidez, que puede ser lo mismo que la ceguera. Debería haberse dado cuenta. DeLeo era orgulloso, pero no hasta el punto de no saber ceder. Habría andado a rastras por Cleve. Daughters tenía miedo, pero lo habría ocultado. El líder no sabe que es un santo para ellos. No oye lo que dicen de él. Siente la soledad y no reconoce su significado. Mira hacia delante y no ve que lo siguen. Cae y no sabe que han triunfado. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com