Tartarín en los Alpes (fragmento)Alphonse Daudet
Tartarín en los Alpes (fragmento)

"El castillo de Chillon, del que no dejaba de hablar el P.C.A. a sus queridos alpinistas desde hacía dos días, y en el que, por la ironía del destino, se había visto encarcelado bruscamente sin que pudiera saber las causas, es uno de los monumentos históricos más visitados de toda Suiza.
Después de haber servido como residencia de verano de los condes de Saboya, más tarde como prisión del Estado y como depósito de armas y municiones, no es en la actualidad más que pretexto para excursiones, como el Rigi-Kulm o la Tellsplatte. No obstante, habían dejado en él un puesto de guardia y una cárcel para borrachos y maleantes locales. Pero son estos tan raros en el pacífico cantón de Vaud, que la cárcel está siempre vacía, y el conserje de la misma guarda en ella su provisión de leña para el invierno. Por esta razón, la llegada de todos aquellos prisioneros le había puesto de un malísimo humor, y, sobre todo, la idea de que no iba a poder enseñar el célebre calabozo, que era en aquella época del año el sitio más rentable del lugar.
Indicaba furioso el camino a Tartarín, que le seguía sin tener valor para ofrecer la mínima resistencia. Algunos escalones oscilantes, un corredor húmedo que olía a cueva, una puerta tan gruesa como una pared, con enormes goznes y, finalmente, se hallaron en un vasto subterráneo abovedado, de tierra batida, con macizos pilares románicos, en los que se veían aún anillas de hierro a las que encadenaban a los prisioneros del Estado. Se podía adivinar el día que moría por la temblona reverberación del lago que penetraba a través de las estrechas troneras, que no dejaban ver sino un trozo de cielo. "



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