El cojo y el loco (fragmento)Jaime Bayly
El cojo y el loco (fragmento)

"Ni siquiera tres días aguantó el loco la visita inesperada de su familia. No era que no los quisiera, los quería, pero lejos de él, en la ciudad, sin alterar su rutina de monje anacoreta, sin venir a joderle la vida con quejas y reclamos. Porque, como era previsible, las chicas ya estaban espantadas por las arañas y alacranes y toda clase de alimañas que se paseaban por la casa y por eso daban gritos y le decían a su padre que era un cochino apestoso por vivir rodeado de insectos venenosos, y su hijo Panchito se pasaba el día cagando en cuclillas y vomitando porque todo lo que cocinaba su padre le caía pésimo, y la gringa Lucy encontró unos calzones que había dejado olvidados la holandesa y que el loco de vez en cuando olía extasiado, evocando a aquella mujer que le procuró tan impensados placeres, y montó en cólera y descargó sobre su esposo una retahila brutal de insultos y recriminaciones, un torrente de vulgaridades, le vomitó en la cara todo el rencor que se le había empozado desde que Pancho le hizo tres hijos y se negó a trabajar y la obligó a trabajar a ella en funciones que le parecían indecorosas y para colmo terminó abandonándola todos esos años, sin importarle un comino el bienestar de sus hijos ni el de ella, regalándole el auto a su mejor amigo, eres el peor error que he cometido en mi vida, chilló la gringa, me has jodido la vida, loco de mierda, le espetó, me has hecho tres hijos y me has condenado a ser pobre y vivo de la caridad del viejo mañoso de tu padre, le gritó, debería matarte por todo lo que me has hecho, loco de mierda. Pancho sintió que le zumbaban los oídos, sintió un pitido que le perforaba la cabeza como si le estuvieran taladrando un orificio en el cerebro, escuchó todas las voces chillonas y quejumbrosas estallando en sus oídos, Elizabeth gritando ¡esta comida es un asco!, Soledad gritando ¡hay una araña caminando en la cama!, Panchito gritando ¡no hay papel higiénico!, ¿con qué me limpio el poto?, Lucy gritando ¿de quién es este calzón, degenerado?, todos los gritos sonaban a la vez en su mente atormentada y terminaron por volverlo, si cabía, más loco, totalmente loco. "


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