Una noche en Luxemburgo (fragmento)Remy de Gourmont
Una noche en Luxemburgo (fragmento)

"No le diré qué es la materia, no sé nada sobre eso. La materia es lo que es, lo que ha sido siempre y lo que siempre será. Con Epicuro, la concebí como una cantidad infinita de átomos o de puntos que coincidían de forma aleatoria y formaban grupos aquí y allá; ahora se me antoja más como un tejido, pero viene a ser lo mismo, porque son igualmente necesarios los vacíos entre los elementos continuos de ese tejido. Sin eso, tendríamos una masa inmóvil y, por lo tanto, inerte. No podemos suprimir el espacio, cuya realidad es imposible de concebir. Pues si el espacio está vacío, no es nada, y no obstante sin ese vacío nada podría existir. Si pensamos en la materia como si fuese un tejido, podemos imaginar que se compone de una cantidad infinita de líneas que se cortan en todos los sentidos; pero una línea se compone de puntos. Volvamos pues a los puntos, así es más sencillo, aunque no mucho.
Vuestra química creyó haber alcanzado los límites del análisis al descubrir las moléculas que ella se ocupa de contar y de pesar. Pero es evidente que un punto ponderable puede dividirse en dos puntos igualmente ponderables, y así hasta el infinito, sin límite de espacio ni de tiempo. Habría pues dos infinitos: uno por encima de nosotros, puesto que toda cifra puede aumentar, y otro por debajo, puesto que toda cifra puede disminuir. No obstante, ya que el espacio ha de ser considerado como un vacío absoluto, como una nada perfecta, como nada, puede que cada uno de esos dos infinitos desemboque bruscamente en ese vacío, en esa nada. Quizá el mundo sea limitado. Puede que ese tejido sea una bola aislada en medio de la nada. Como no entendemos bien cómo una cosa puede surgir de la nada, o cómo una cosa puede convertirse en nada, nos decantaremos por la eternidad de la materia coincidente con la eternidad de esa nada. Así obtendremos el ser y el no ser. Pero puesto que el no ser es ciertamente inconcebible, aunque necesario para la existencia del hombre, lo dejaremos de lado; y además, ¿qué haríamos con él?
Sé que uno de vuestros sabios ha logrado recientemente hablar con cierta lógica del aniquilamiento final de la materia; no creo que esta idea tenga un sentido realmente perceptible, ni para los hombres ni para los dioses. Lo que es, es. Por otra parte, disgregación no significa destrucción, sino cambio. La forma de las cosas ha cambiado y cambiará en el futuro, pero la esencia misma de las cosas es eterna como el azar. Este universo no es más que uno de los innumerables juegos del azar, uno de los momentos fortuitos del movimiento eterno. "



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