La casa de las almas (fragmento)Arthur Machen
La casa de las almas (fragmento)

"Las tapas encuadernadas en piel del cuaderno habían perdido color, aunque éste no mostraba manchas ni signos de uso. Tenía la apariencia de haber sido adquirido “durante una visita a Londres” unos setenta u ochenta años atrás, para luego quedar olvidado sin que nadie lo viera. Emanaba un aroma viejo y delicado, como el que a veces se desprende de un mueble antiguo de hace un siglo o más. Las guardas, bajo las tapas, tenían decoraciones raras con pautas de colores y dorados desvaídos. Parecía pequeño, pero de papel fino, y tenía muchas páginas, cubiertas de manera estrecha con caracteres diminutos formados con dificultad.
Encontré este cuaderno —se leía al comienzo del manuscrito— en un cajón de la vieja cómoda al pie de la escalera. Fue un día lluvioso que no me permitía salir, así que me dispuse a explorar la cómoda. Casi todos los cajones se encontraban llenos de vestidos antiguos, pero uno de los más pequeños parecía estar vacío, y descubrí el cuaderno oculto en la parte de atrás. Yo deseaba uno así, y me lo llevé con la idea de utilizarlo para escribir. Está lleno de secretos. Tengo muchos otros cuadernos de secretos escondidos en un lugar seguro y aquí escribiré bastantes viejos secretos y algunos nuevos; sin embargo, hay varios sobres de los que no diré nada en absoluto. No debo poner los nombres verdaderos de los días y meses que descubrí hace un año ni mencionar la manera de hacer las letras aklo ni cómo hablar en lenguaje chian ni describir los grandes y hermosos círculos ni los juegos Mao ni las canciones principales. Quizá escriba algo sobre esas cosas, mas no diré cómo hacerlas por razones bastante peculiares. Tampoco debo decir quiénes son las ninfas ni los dôls ni Jeelo, ni el significado de los voolas. Ésos son los secretos más secretos y me alegra acordarme de ellos y de los diversos lenguajes maravillosos que he aprendido, pero hay cosas que llamo secretos de los secretos de los secretos en las que no me atrevo a pensar si no estoy sola por completo, y entonces cierro los ojos, pongo las manos encima y musito la palabra para que llegue el Alala. Esto sólo lo hago en la noche, dentro de mi cuarto, o en ciertos bosques que conozco, aunque no diré más porque son bosques secretos. Luego están las Ceremonias, todas ellas importantes, aunque algunas resultan más deliciosas que las demás —hay Ceremonias Blancas, Ceremonias Verdes y Ceremonias Escarlatas—. Las mejores son las Escarlatas, pero hay un solo sitio donde pueden celebrarse en forma apropiada, si bien en otros lugares he podido llevar a cabo una imitación muy agradable. Además, están las danzas y la Comedia, y en ocasiones he hecho la Comedia cuando otros me miraban y nadie entendía nada de lo que hacía. Era muy pequeña cuando aprendí por primera vez estas cosas.
En los tiempos en que era pequeña y aún vivía mamá ya tenía recuerdos en la memoria, pero todo se confundió después. A los cinco o seis años de edad los oí hablar de mí cuando creían que no me daba cuenta. Decían que uno o dos años antes yo era muy rara, y que la nana llamó a mi madre para que me escuchara hablar a solas, pues yo decía cosas que nadie lograba entender. Lo que hablaba era el lenguaje xu, pero ya no recuerdo más que unas pocas palabras, pues era el idioma de las caritas blancas que me miraban cuando estaba en la cuna. Solían hablarme, aprendí su lenguaje y platiqué con ellas acerca del gran lugar blanco en que viven, donde la hierba y los árboles son blancos también y las montañas blancas llegan hasta la luna y sopla un viento frío. He soñado después con aquel sitio, pero las caras desaparecieron cuando yo era aún muy pequeña. Algo importante me sucedió cuando tenía unos cinco años. Mi nana me llevaba en hombros; había un campo de maíz amarillo y nos metimos ahí. Hacía mucho calor. Llegamos a un sendero que cruzaba el bosque y nos seguía un hombre alto que nos acompañó hasta un lugar donde había una poza profunda, todo bajo una sombra oscura. "



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