La ciudad que nos unió (fragmento)Nora K. Jemisin
La ciudad que nos unió (fragmento)

"Cogen un Lyft que los lleva por la Interestatal 278. El paisaje nocturno de Manhattan está perfectamente posicionado para que Manny se quede mirando durante casi todo el viaje, y lo hace, embobado a pesar de que sabe que en realidad lo que mira es a sí mismo. Se queda sobrecogido por la imagen: los deslumbrantes y ordenados resplandores de la carretera a pesar de que la mitad de los conductores parecen estar determinados a montarse sus carreras privadas. Los rascacielos que se erigen junto a ellos y las imágenes fugaces de las vidas de otras personas: una pareja que discute frente a la horrible ilustración de un bote, una habitación llena de gente que a buen seguro es una fiesta, un anciano que grita y apunta a la televisión con el mando a distancia que tiene cogido con ambas manos. En un momento dado, la carretera se ve rodeada por otras dos a ambos lados, por una tercera que discurre por encima y también por una secundaria que en realidad es mayor. Es una locura. Es fascinante.
No es diferente de cualquier otra ciudad..., pero en el fondo sí que lo es. Manny siente la vivacidad del lugar. Baja la ventanilla y saca la cabeza todo lo que le permite el cinturón para respirar el aire. (El conductor le dedica una mirada escéptica, pero se encoge de hombros y no dice nada.) Manny suelta el aire, y las ráfagas de viento del exterior soplan con la fuerza suficiente para que el coche se agite. En ese momento el conductor suelta un improperio y Brooklyn se lleva una mano al pelo para tratar de no despeinarse demasiado. La mujer le dedica a Manny una mirada de advertencia, a sabiendas de por qué lo ha hecho en realidad, y él le devuelve una sonrisa arrepentida.
Pero no puede evitarlo. Está enamorado de la ciudad, y cuando uno está enamorado no siempre hace cosas inteligentes.
La dirección que Brooklyn le ha dado al conductor está en mitad de lo que el mapa asegura que es Bedford-Stuyvesant. Salen del coche y se encuentran frente a dos edificios de arenisca estrechos y majestuosos que parecen haber sido renovados y decorados con la misma idea en mente. Uno es más tradicional, con una verja de hierro forjado que se abre a un tramo de escalones. Junto a la puerta de entrada hay una placa que indica que el lugar es un punto de referencia histórico. Por su parte, el otro edificio ha sido modificado: carece de escalones, carece de verja y la puerta se abre a un llamativo patio de ladrillos lleno de plantas. Las puertas y el arco de la entrada son más modernos. Manny ve que a un lado hay un botón para abrir la puerta. "



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