Cuadernos de Hiroshima (fragmento) "Los médicos que trabajaban directamente con situaciones clínicas se dieron cuenta pronto de que las víctimas desarrollaban leucemia y que la frecuencia de la enfermedad aumentaba sin cesar. Bien cualificado en radiología, el doctor Shigetô fue uno de los primeros en realizar la terrible previsión sobre la verdadera causa de la leucemia. Los especialistas médicos, como es natural, hicieron pública su preocupación en diversos periódicos, pero la Comisión de Víctimas de la Bomba Atómica les criticó con severidad. La consecuencia directa del enfrentamiento fue que los ciudadanos de Hiroshima no pudieron conocer hasta mucho más tarde esa posible conexión entre leucemia y radiación. El doctor Shigetô seleccionó por aquel entonces a Yamawaki, un prometedor médico interno, y le sugirió que comenzara a recopilar datos estadísticos sobre la incidencia real de la leucemia. En aquella época no existían estadísticas sobre la incidencia de la enfermedad en Japón sobre las que basarse para juzgar si lo que ocurría en Hiroshima era anormalmente elevado. Al joven Yamawaki no le quedó más remedio que explorar otras vías. Escribió cartas a los hospitales universitarios de todo el país con el fin de determinar los casos de leucemia en cada uno de ellos. Las respuestas le ofrecieron la primera pista. En cuanto a las estadísticas sobre los casos de leucemia en Hiroshima, examinó los historiales médicos de alrededor de treinta mil personas que habían muerto después de la guerra. Luego llamó a los médicos que habían estado a cargo de cada una de las posibles víctimas de leucemia para confirmar el diagnóstico y recoger muestras. Cuando su investigación se encontraba en ese punto, la Comisión de Víctimas de la Bomba Atómica tomó nota del trabajo del joven Yamawaki y le facilitó su labor enormemente; pusieron a su entera disposición todos sus datos además de un coche para su uso personal. Como no era muy frecuente que la Comisión tuviera un comportamiento tan considerado con los médicos japoneses que investigaban por sus propios medios las enfermedades derivadas de la bomba, el caso de Yamawaki ha de considerarse como el de alguien especialmente afortunado. Dos años después de comenzar su estudio, Yamawaki terminó de recopilar datos y estuvo en disposición de demostrar la conexión estadística entre la leucemia y la radiación atómica. En la actualidad, el doctor Yamawaki es pediatra en Hiroshima. Su especialidad no está directamente relacionada con el objeto de estudio de su primera tesis, pero cuando habló conmigo sobre aquello, en su expresión se apreciaba cierta nostalgia. Le pregunté por qué no había continuado con su investigación sobre la incidencia de la leucemia entre las víctimas de la bomba atómica. La pregunta pareció cogerle por sorpresa y al instante me di cuenta de que era de lo más inapropiada. Nosotros, los de fuera, los que no somos de Hiroshima, a menudo queremos encontrar un santo en cada esquina de la ciudad dispuesto a sacrificarse. La gente de fuera actuamos, casi sin excepción, de manera forzada e irresponsable. La tesis de Yamawaki cumplió su misión en el momento adecuado. Continuó sus estudios para obtener el doctorado en medicina y cuando terminó montó su propia consulta pediátrica. Durante todo ese tiempo, el doctor Shigetô ha mantenido un programa de investigación efectivo sin imponer una carga demasiado pesada a nadie. Inmediatamente después del hablar con el doctor Yamawaki, volví al Hospital de la Bomba Atómica y le hice al doctor Shigetô la misma pregunta. Es decir, si era normal que a un joven médico le resultase imposible llevar a buen término su investigación sobre las enfermedades de la bomba atómica después de doctorarse. " epdlp.com |