Tú serás mi cuchillo (fragmento)David Grossman
Tú serás mi cuchillo (fragmento)

"El extraño estremecimiento que me ha recorrido cuando me has hablado así. Como si hubieras encontrado la cuerda prohibida de un instrumento.
Por supuesto que me ha divertido ver las diferencias entre lo que me cuentas a mí (de Yojai, por ejemplo) y lo que le cuentas a ella. A mí, por ejemplo, nunca me has dicho lo que pesa, ni lo que mide, ni el número que calza ya en el par de zapatos que le has comprado para el invierno.
A mí no me habías enviado una foto suya (¿te importa que me la quede?).
Me he dado cuenta de que Ana es también una persona muy próxima a Amos, incluso podría decirse que es una íntima amiga suya. Por tu carta podría llegar a creerse que las dos lo conocéis con exactamente la misma proximidad e intimidad, que las dos suspiráis por él del mismo modo (¿te has fijado?). Te aconsejo que leas el borrador, te va a interesar.
Qué extraño me resulta verte así, de una forma legítima, y darme cuenta de que tienes también otra intimidad. Además he disfrutado, a hurtadillas, de vuestro particular sentido del humor, del de las dos. Yo lo conocía solo como tu humor, ese humor tuyo tan fino y algo triste, cuando de repente resulta que tiene compañera, hasta el punto de que se nota que ha brotado, crecido y se ha refinado con las dos juntas, desde la infancia, desde el tiempo en que volvíais juntas de la guardería, Miriam, la altota, y Ana, la menudita... Y en general, esa caja de resonancia gigantesca que compartís (seguro que ni siquiera eres consciente de ello), como, por ejemplo, la visita a casa de tus padres, esta semana, tu padre tocando el piano y Yojai estallando de repente en un potente llanto, y entonces me he acordado de que tú te pusiste a sollozar en un concierto de Bronfman, hace años, estando sentada al lado de Ana, y ahora leo que cuando Ana dio a luz a su hijo, Amos le hizo oír con unos auriculares el concierto ese de Rachmaninov y todos se pusieron a llorar, no he entendido muy bien por qué, los médicos, la comadrona y el niño, y también Amos y tú, de manera que el llanto, la risa y la música fluían a una. "



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