Saña (fragmento)Margo Glantz
Saña (fragmento)

"He visto en Boston una pequeña exposición dedicada a Cósimo Tura, pintor de la corte renacentista de Ferrara. Reúne cuadros de pequeño formato. Destacan dos pinturas: la de una virgen vestida de terciopelo café oscuro, muy sobria, un poco descotada, sin embargo, y de cuyo regazo resbala un niño dios con cara de adulto, a medias sonriente y reflexivo.
En otra pared, el cuadro más importante: una Piedad, la virgen desolada sobre el sepulcro (un sarcófago de piedra suntuosamente labrada); en su regazo el cuerpo de Cristo aún convulsionado refleja el sufrimiento del martirio; los labios apartados, cianóticos, dejan asomar los dientes muy blancos: contrastan con su piel lívida, mejor dicho amoratada, del mismo tono que el manto de la madre, cuyos espesos y duros pliegues escultóricos llegan hasta el suelo.
La madonna viste un traje negro que deja asomar parte de su cuello; en su cabeza (tres cuartos de perfil) un tocado de gasa cubre enteramente el cabello; el brazo derecho se acerca, tímido, al rostro del hijo como si lo fuera a besar con expresión de profunda melancolía.
La mujer y el Cristo son de la misma edad; él coloca su púdica mano izquierda sobre su bajo vientre (velado por una gasa, remeda el tocado de la virgen), el clavo ha perforado su mano, gotas de sangre fresca y muy roja reiteran la herida del costado: el rostro es oriental, grotesco, espinoso.
Detrás, un paisaje extraño, el Gólgota, montaña en forma de espiral, suerte de Torre de Babel; en la cúspide tres cruces, en dos se tuercen los cuerpos de los ladrones y la cruz central se deshabita.
Para Berenson, las figuras de Tura simulan esculturas en pedernal, tan hieráticas e inmóviles como las estatuas de los faraones egipcios; su convulsa y contenida energía remeda los nudos del tronco de los olivos. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com