Postales desde la tierra de nadie (fragmento)Aidan Chambers
Postales desde la tierra de nadie (fragmento)

"Jacob miró más allá del pasajero que tenía enfrente, una mujer, cuyas rodillas casi rozaban las suyas. Miró más allá, pero miró sin ver nada. Se acordó del momento en que Tessel lo fue a recoger al aeropuerto, como habían acordado con Sarah por teléfono. Le había parecido tensa y brusca, incluso impaciente. Se preguntó si ese comportamiento era algo típicamente holandés o era sólo su manera de ser. Ella también estaba nerviosa, se le cayeron las llaves del coche, se equivocó de salida en la autopista, se disculpó por hablar mal en inglés (cosa que sorprendió a Jacob porque a él le pareció que hablaba muy bien y se avergonzó de no haberse tomado la molestia de aprender ni una palabra de holandés); ese tipo de cosas. Ya en casa, le enseñó «su» habitación (todavía del Daan adolescente, a juzgar por los posters, la ropa y lo demás, todo intacto como en un museo), le dio unos minutos para instalarse y entonces le hizo sentarse con una taza de café holandés bastante fuerte y le explicó un poco nerviosa que no podría ocuparse mucho de él durante su estancia. Lo llevaría a Oosterbeek el domingo. Hasta entonces se tendría que buscar algo que hacer. Por supuesto, Jacob dijo que de acuerdo, que no pasaba nada, que se las arreglaría. Y entonces la historia de Geertrui y su invitación se le escapó, como si no pudiera guardar el secreto durante más tiempo. En ese momento quiso que se le tragase la tierra, sintió que era una molestia y deseó no haber ido.
El señor Van Riet sugirió que debería visitar la casa de Ana Frank al día siguiente, y luego se pasó una hora y media, primero explicándole el sistema de ferrocarriles, luego enseñándole el mapa del centro de Ámsterdam para indicarle dónde estaba la casa de Ana Frank y cómo llegar en tranvía. Eso le condujo al tema de los tranvías en la ciudad y a enumerar una serie de lugares que el señor Van Riet pensó que Jacob querría visitar: el Rijksmuseum, para ver los cuadros de Rembrandt y de Vermeer, el Museo de Historia. En este último, según dijo, había una exposición muy interesante sobre el crecimiento de Ámsterdam a lo largo de los siglos y una maqueta que mostraba cómo se construían las casas a partir de robustos marcos de madera con su base en plataformas de troncos sumidos en la arena saturada de agua, que era y sigue siendo lo único que había allí, probando, según dijo entre risas, que la Biblia se equivoca al afirmar que una casa  construida sobre arena no puede durar. En Ámsterdam hay calles enteras de casas construidas sobre una base de arena y todavía están allí y conservan toda la elegancia y la belleza de cuando fueron construidas. Para ver bien esas casas sin perder mucho tiempo y desde una buena perspectiva, el señor Van Riet le aconsejó que se montara en uno de esos barcos para turistas que surcan los canales. Le marcó en el mapa los puntos donde podría montarse en uno de esos barcos y le indicó cuánto le costaría el billete. Eso recordó al señor Van Riet que se tenía que asegurar que Jacob entendía el dinero holandés, lo que incluyó un pequeño discurso de diez minutos sobre el significado de los dibujos y los grabados de los billetes y monedas, seguido de una comparación con la divisa británica y de su valor relativo. Entonces se produjo una digresión sobre la importancia de que la moneda única europea entrara en vigor cuanto antes, a pesar de que consideraba que era una pena que los diseños propuestos no tenían ni el atractivo ni el gusto del dinero holandés actual. "



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