El mágico prodigioso (fragmento) "CIPRIANO. Ya solos estamos. DEMONIO. Por gozar a esta mujer aquí dijeron tus labios que darás el alma. CIPRIANO. Sí. DEMONIO. Pues yo te aceto el contrato. CIPRIANO. ¿Qué dices? DEMONIO. Que yo te aceto. CIPRIANO. ¿Cómo? DEMONIO. Como puedo tanto, que te enseñaré una ciencia con que podrás a tu mando traer la mujer que adoras; que yo, aunque tan docto y sabio, traerla para otro no puedo. Las escrituras hagamos ante nosotros dos mismos. CIPRIANO. ¿Quieres con nuevos agravios dilatar las penas mías? Lo que ofrecí está en mi mano, pero lo que tú me ofreces no está en la tuya, pues hallo que sobre el libre albedrío ni hay conjuros ni hay encantos. DEMONIO. Hazme la cédula tú con tal condición. CLARÍN. (Ap. al paño.) ¡Mal año! Según lo que ahora he visto, no es muy bobo aqueste diablo. ¡Yo darle célula! Aunque se me estuvieran mis cuartos sin alquilar veinte siglos, no la hiciera. CIPRIANO. Los engaños son para alegres amigos, no para desconfiados. " epdlp.com |