El chiplichandle (fragmento)Juan Antonio de Zunzunegui
El chiplichandle (fragmento)

"La armonía del movimiento está en hacer el paso del uno al otro casi imperceptible.
Flora, nacida en monte, acostumbrada desde niña al salto y al descenso, a la carrera y a la subida, desplazamientos en los que la cadera juega su papel expeditivo y de control, no sintoniza con elegancia los dos tiempos. Por eso en movimiento no hay mujer como la de la llanura. Por eso anda mejor la francesa que la italiana y mejor la madrileña que la norteña.
Los primeros meses, al caminar ponía las caderas en guardia como si tuviese que trepar a lo más arduo del Serantes. Viendo a las señoritas del pueblo pasear lánguidamente por el muelle, ahora se va corrigiendo.
Flora no tiene la educación del paso ciudadano; en cambio es dueña de una riqueza deliciosa de actitudes. La inactividad la sorprende siempre en posturas de una encantadora línea plástica.
A los anocheceres cuando el azacaneo del día la hormiguea en el cuerpo, apoya una mano en el mostrador y la cabeza vuelta da a la blancura de la pared su perfil agrandado; los ojos redoblan los palillos de sus pestañas en el tambor tenso de los pómulos, y de todo el cuerpo emerge una belleza imponente y sucinta, y entonces pasa por las cosas más toscas de la taberna esa gracia de las adolescentes que en las métopas dóricas ponen el ánfora bajo el pífano de una fuente y se duermen contemplando la dulzura del agua.
En ella todo es naturaleza sin pizca de artificio. Se da a la risa, al trabajo y a la conversación como el líquido al cristal que lo recibe.
Cierta noche, a los pocos días de llegar, hubo en la taberna variado concurso: marinerotes, que tiraban sobre los bancos su fatiga salada y su reuma; boteros de manos callosas y aduridas; obreros derrengados, y algún piloto, algún oficinista.
Flora, álamo cierne en una asamblea de encinas, repartía diez céntimos de olvido en vidrio grueso.
Los viejos la llamaban Florita y los jóvenes Flora. Era un Flora pulposo, y al pronunciarlo quedaba en sus labios una resonancia frutal. La fueron cercando con Floritas y Floras... hasta que la tuvieron ya sujeta, obligándola a contar su vida. "



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