Los Olintíacos (fragmento) Demóstenes
Los Olintíacos (fragmento)

"Mucho dinero daríais gustosamente a cambio, a mi modo de ver, varones atenienses, si os resultara clara la política futura conveniente a la ciudad en los asuntos que ahora mismo estáis considerando. Y dado que ello es así, interesa que queráis prestar diligente oído a quienes desean aconsejaros. Pues no sólo si alguien se presenta con un proyecto bien preparado, lo aceptaríais tras haberlo oído, sino que, además, estimo que forma parte de vuestra buena suerte que a algunos en el momento se les ocurra plantear abundantes sugerencias de las que se necesitan, de modo que de entre todas os resulte fácil la elección de lo que conviene. En cuanto a la presente ocasión, atenienses, sólo le falta producir sonido articulado para decir que de los asuntos de allí vosotros mismos tenéis que haceros cargo, si es que pensáis en su salvaguarda. Pero nosotros, no sé qué tipo de aptitud adoptamos con respecto a ellos. Mi opinión
personal, al menos, es que votemos al punto una expedición de auxilio y que nos preparemos lo más rápidamente posible para ayudar desde aquí (y no os ocurra justamente lo que ya antes os ha ocurrido) y enviemos una embajada que se encargue de comunicar esos propósitos y atienda a los acontecimientos; que eso es, sobre todo, lo que infunde miedo, que hombre sin escrúpulo como es y hábil para aprovecharse de las circunstancias, unas veces cediendo, cuando se tercia, otras amenazando (y con razón en sus amenazas puede resultar convincente), en otras ocasiones desacreditándonos a nosotros y a nuestra no intervención, llegue a encauzar y entresacar para su propio provecho algo de la situación general. Pese a todo, pensando con perfecta lógica, el punto más duro de combatir de la posición de Filipo es también el más favorable para nosotros; pues, por el hecho de que él, una sola persona, sea responsable de todo, lo decible y lo secreto, y, al mismo tiempo, general, dueño y administrador, y en todo lugar esté al frente de su ejército, en lo que se refiere a la gestión rápida y oportuna de la guerra nos lleva mucha ventaja; pero en relación con los arreglos que de buen grado establecería con los olintios, su situación es la contraria. Pues para los olintios es claro que ahora no están luchando por gloria ni por una porción de territorio, sino para evitar la destrucción y esclavitud de su patria; y saben lo que hizo con aquellos anfipolitas que a traición le entregaron la ciudad y con aquellos pidneos que a hurtadillas le abrieron las puertas; y en general,
para los gobiernos democráticos el poder absoluto es objeto de desconfianza, en particular cuando se trata de una región vecina. Así que, entendiendo bien esos hechos, varones atenienses, y añadiendo todas las demás reflexiones al caso convenientes, os digo que es necesario hacer esfuerzo de voluntad y exaltarse movidos por el enojo y atender a la guerra ahora más que nunca, aportando dinero animosamente, saliendo personalmente al campo de batalla y no dejando nada en el aire. Que ya no os queda razón ni pretexto para no querer realizar lo debido. Pues en esta ocasión precisamente, lo que todos andaban diciendo hasta estas fechas, que era necesario que los olintios hicieran estallar la guerra contra Filipo, se ha producido espontáneamente y, además, de la manera que más favorable os podría resultar. Porque si hubieran emprendido la guerra por haceros caso a vosotros, escurridizos aliados hubieran sido y tal vez
esa decisión la habrían tomado hasta cierto punto; mas una vez que su odio procede de sus personales motivos de queja, es natural que mantengan firme su hostilidad en proporción a sus temores y sufrimientos. "



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