Los fundamentos de la ciencia y los conceptos de la psicología y del psicoanálisis (fragmento)Herbert Feigl
Los fundamentos de la ciencia y los conceptos de la psicología y del psicoanálisis (fragmento)

"Para repetir: mi tesis principal es que la médula del descubrimiento de Freud consistió en sostener lo siguiente: es posible extender ciertos conceptos, tales como motivo, intención, propósito, anhelo y deseo de manera tal, que resulta lícito hablar de motivos, etc., que son desconocidos para quien los alberga y cuya conducta resultante escapa de su control inmediato; que, al aceptar esta extensión, resulta posible interpretar (e incluso guiar) un ámbito mucho más vasto de conducta humana, en términos de tales conceptos, que lo que anteriormente hubiera podido sospecharse. He destacado de manera especial el segundo tipo de cambio que involucra esta innovación conceptual; cambio al cual tal vez no se había asignado, hasta ahora, su verdadera importancia. Entre las numerosas implicaciones contenidas en esta tesis están, en mi opinión, las siguientes: que los conceptos fundamentales del psicoanálisis son netamente humanos, porque pueden aplicarse solamente a seres dotados de nuestra singular capacidad de emplear un lenguaje evolucionado; que son éstos, precisamente, los conceptos de que se valen los agentes racionales para dar cuenta de su propia conducta a otros agentes racionales en cuanto tales; que el lugar que ocupan dentro del psicoanálisis, necesariamente hace de éste una empresa eminentemente racional, si bien en un sentido tal, que esta aseveración es plenamente compatible con cualquier posible denuncia que pudiera plantearse en el sentido de que los métodos empleados por los psicoanalistas son acientíficos y sus conclusiones carentes de base; que sería un error intentar una reducción lógica de estos conceptos a términos físicos; que la elucidación de estos conceptos en sus acepciones prefreudianas y freudianas y el estudio de sus diferencias a interrelaciones, constituyen la tarea preferencial de la filosofía del psicoanálisis; que la comparación entre el psicoanálisis y otras disciplinas que estudian al hombre y sus motivos, como por ejemplo, la historia, pueden ser útiles para dar nuevas luces respecto a algunos puntos oscuros de aquél; y que nada de lo que instamos, ni siquiera nuestra tesis antirreduccionista, nos compromete a sostener que estos conceptos han de aceptarse como explicaciones últimas. Para finalizar, debo destacar que no me he ocupado en este trabajo del problema de la verdad de las teorías analíticas, ni de la calidad de las evidencias que suelen desplegarse en su apoyo.
La validación de los tests psicológicos no ha sido aún adecuadamente conceptualizada, según pudo comprobar el Comité para Tests Psicológicos del APA (American Psychological Association), cuando procedió a especificar (1950-54) cuáles aspectos de un test requerían investigación previa a su publicación. Con el objeto de poder emitir recomendaciones coherentes, el Comité consideró que era necesario distinguir cuatro tipos de validez, establecidos mediante distintos
tipos de investigación y que requerían diferente interpretación. La innovación principal contenida en el informe del Comité fue el término validez de los constructos''. Este concepto fue formulado por primera vez por un subcomité (Meehl y R. C. Challman) que estaba estudiando las posibles aplicaciones de las recomendaciones propuestas para técnicas de proyección, y fue posteriormente modificado y aclarado por el Comité en su totalidad (Bordin, Challman, Conrad,
Humphreys, Super y los autores del presente trabajo). Los puntos en que hubo acuerdo del Comité (y los comités de otras dos asociaciones) fueron publicados en las Technical Recommendations. La presente interpretación de la validez de los constructos no es oficial y comprende ciertas áreas respecto a las cuales el Comité posiblemente no mostraría unanimidad. Los autores del presente trabajo son los únicos responsables de este intento para explicar el concepto y elaborar sus implicaciones.
La determinación de la validez de los constructos no constituye un esfuerzo aislado. Los autores que en el curso de la década pasada se habían ocupado del problema de la validez, habían manifestado gran descontento con los conceptos convencionales acerca de ella. Es así como habían procedido a introducir nuevos términos y conceptos; pero este conglomerado de tipos de validez resultante sólo sirvió para oscurecer más aún el panorama. "



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