Las incertidumbres (fragmento)Jaume Cabré
Las incertidumbres (fragmento)

"Otra cosa de esta entrevista que me ha hecho reflexionar ha sido la afirmación de que hoy en día la cultura general tiene poco prestigio. Pere Lluís Font dice que vivimos en un mundo de especialistas que a menudo no saben nada fuera de su especialidad. «No se puede conocer bien la rama si no se ha visto nunca el árbol entero», afirma. Nos encontramos en la era de la especialización, y la cultura general no goza de prestigio. Está claro que hoy los conocimientos han aumentado tanto, y que puede accederse a tanta información, que se nos hace difícil mantener bien enfocado el árbol, el conjunto. Pere Lluís Font teme que la pérdida de la cultura general —que es un hecho— nos conduzca a la depauperación lingüística y mental. Para él, cultura general no quiere decir un conocimiento superficial de generalidades, sino «hábitos intelectuales, apreciativos y expresivos adquiridos a partir de referentes culturales sólidos, humanistas y científicos, que permitan orientarse en el universo cultural».
Nuestra sociedad se entrega a la minorización de los estudios humanísticos: es un hecho constatable en todas las universidades. Y un paso más de esta sociedad uniformadora, que produce el mismo tipo de televisión, de música ambiental, de moda en el vestir, peinarse, tatuarse y divertirse en todo el mundo. Cuando un grupo de personas, para entretenerse, decide poner a todo volumen cualquier tipo de música, saben, pero casi nunca lo reconocen, que con tanto ruido la comunicación verbal se hace más difícil, si no imposible. Y que, por eso lo hacen, no les invadirá ese peligro tan temido: el del silencio. La música a todo trapo es una defensa para no tener que pensar las palabras y, sobre todo, una protección contra el silencio, tanto el ambiental como el interior.
Esta sociedad que hemos de aguantar se ve abocada a la producción sistemática de mediocridades. Y cuidado con las mediocridades: «Los espíritus mediocres suelen condenar todo lo que está lejos de su alcance». Lo dijo La Rochefoucauld.
Me ha apetecido hablar de un maestro, Pere Lluís Font. Es probable que un lector que no lo conozca de nada haya visto en él el reflejo de un maestro relevante en su vida: desde la maestra que le enseñó a leer, hasta la que le regaló un libro como quien no quiere la cosa; o la persona que le hizo reflexionar de verdad por primera vez... O el que le enseñó a amar los números primos, o la poesía medieval. Afortunadamente, todos o muchos de nosotros tenemos un Pere Lluís Font en nuestra vida.
No soy sociólogo, pero soy usuario de nuestra sociedad y tengo cosas que decir. Y sé que no me equivoco cuando denuncio esta manía de la simplificación a todos los niveles y en todos los aspectos de la vida. Que todo se pueda decir con un tuiteo (y no porque el ingenio te haga ser breve, sino porque pronto está todo dicho). Esto me hace pensar en otra de las preguntas que me hizo Ayats: ¿Enfocar es simplificar?, me preguntó. Para mí, enfocar es buscar un claror, una clarícia, que casi es como hacerle una caricia a la realidad. Enfocando, vemos más. Pero el arte no siempre se alimenta de la nitidez: podemos enfocar borroso para alcanzar otras metas. A veces tiene más poder evocativo un paisaje con niebla que una atmósfera nítida. A algunos cineastas les estorba la perfección de la imagen digital y, como quien lava unos vaqueros a la piedra para envejecerlos, imitan la textura del celuloide. "



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