The True Intellectual System of the Universe (fragmento)Ralph Cudworth
The True Intellectual System of the Universe (fragmento)

"La propia doctrina de los ateos de estos días: que la sustancia de la materia o cuerpo extenso es la entidad real solamente, y por eso la única cosa no hecha, esto es, ni generable ni creada, sino necesariamente existente desde la eternidad; pero cualquier otra que esté en el mundo, como la vida y la animalidad, el alma y la mente, al ser todas accidentes y afecciones de esta materia (como si por eso no tuvieran en absoluto entidad real en ellas), son generables a partir de nada y corruptibles en nada, siempre y cuando la materia, en la que ellas son, permanezca aún la misma.
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Que el amor es la Deidad suprema y el origen de todas las cosas, es decir, si por ello se significa el Amor eterno, autooriginado, intelectual, o la bondad esencial y sustancial, que al tener una plenitud y fecundidad infinitamente rebosante se ofrece a sí misma sin envidia, de acuerdo con el mejor conocimiento, gobierna todo dulcemente, sin ninguna fuerza o violencia (al estar todas las cosas sujetas a su autoridad y obedeciendo sus leyes inmediatamente) y concilia la totalidad del mundo en armonía. 
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Hemos descrito cuatro formas diferentes de ateísmo: primero, el hilopático o anaximándrico, que deriva todas las cosas de la materia inerte y desanimada, en el modo de cualidades y formas, como generables y corruptibles; segundo, el atómico o democríteo, que plantea lo mismo pero en el modo de átomos y figuras; tercero, el ateísmo cosmoplástico o estoico, que supone una naturaleza plástica y metódica pero sin sentido que preside todo el universo corporal; y, por último, el hilozoico o estratónico, que atribuye a toda la materia, en cuanto tal, cierta naturaleza vital y energética, pero desprovista de toda animación, sentido o conciencia. 
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Ahora, de acuerdo con estas dos nociones diferentes de naturaleza, las cuatro formas de ateísmo nombradas pueden ser nuevamente divididas de esta manera: entre aquella que deriva todas las cosas a partir de una naturaleza simplemente fortuita y temeraria, desprovista de todo orden y método, y aquella que deduce el origen de las cosas a partir de cierta naturaleza ordenada, regular y artificial, pero sin sentido, en la materia. A la primera pertenecen los ateos anaximándricos y democríteos, a la segunda los estratónicos y los estoicos.
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Por lo cual, dado que ni todas las cosas son producidas fortuitamente, o por un mecanismo sin guía de la materia, ni puede pensarse razonablemente que Dios mismo hace todas las cosas inmediata y milagrosamente, debe concluirse que hay una naturaleza plástica bajo Él, como un instrumento inferior y subordinado, que ejecuta como esclava esa parte de su providencia que consiste en el movimiento regular y ordenado de la materia, de modo tal que haya también, además de ésta, una providencia superior que debe ser reconocida, la cual, al presidir sobre todo, muchas veces suple los defectos de ella, y a veces prevalece ante ella, ya que esta naturaleza plástica no puede actuar por elección, ni con criterio. "



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