El consejo del búho (fragmento)María Enriqueta Camarillo
El consejo del búho (fragmento)

"Como un vértigo se llegó la noche, y, siempre como un autómata, el niño se vio de pronto acompañado de su padrino, visitando la casa de Mariucha. Iban a despedirse, porque Tom partía para la ciudad al día siguiente. La señora Angélica, madre de la niña, felicitaba al tío Lucas por la buena plaza que había conseguido para su ahijado.
—Los años corren en un momento —decía la buena señora con una naturalidad incomprensible para Tom—, los años vuelan, y el día menos pensado veremos llegar a este chiquillo hecho un hombre, y hasta convertido en un caballero elegante... porque aprendiendo a cortar y a vestirse en casa de Varidel... no podrá ser de otro modo. Y si no es mucho predecir, quizá no quiera ya ni hablarnos, avergonzado de tratar con gente campesina... porque pensad no más: ¡un lujoso caballero que llega de la corte!...
Las voces de todos eran cariñosas y halagüeñas; pero Tom y Mariucha, sentados al fin del estrado, no las oían como sonidos, sino que las sentían como dardos que se les clavaban en el alma. Ellos sólo sabían que iban a separarse para siempre, y se figuraban asistir cada uno por su lado al entierro del otro.
Como Tom era de continuo el objeto de las conversaciones, nada pudo decir Mariucha a su amigo ni éste a la niña. "



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