Aurora de Albornoz La presencia de Miguel de Unamuno en Antonio Machado (fragmento) "Como varias veces señalé, el poeta tiene con frecuencia momentos de duda, pero son — o se empeña en que sean— pasajeros. Por ello, acaso, nos damos cuenta de que, al mismo tiempo que está viendo al hombre de las tierras sorianas como un ser lleno de vicios y capaz de llevar a cabo crímenes bestiales, en las «jóvenes madrecitas en flor» que invita a celebrar el domingo claro de la Pascua de Resurrección ve la posibilidad de dar vida a unos hombres que mañana labrarán la tierra. ¿Cómo serán? El poeta no lo dice, pero el futuro queda abierto. El poema Campos de Soria es el máximo intento de penetrar hasta el fondo, sin detenerse en lo que a primera vista se percibe. En penetrar en lo que está en las profundidades del hombre de la tierra, más allá de lo que a la primera mirada se nos presenta en forma espectacular: el escándalo o el crimen monstruoso. Una vez más, hombre y paisaje se unen hasta identificarse, en algunos momentos, plenamente. [...] No es momento de analizar todas las posibilidades simbólicas que este poema — al que llamé realista— encierra. Cuadro cotidiano que es lo que es: una pintura de hombres de la tierra, recogidos ahora, en la noche de invierno, al calor del hogar, y — como vimos ya— resguardados de la nieve. En la última parte del poema se concreta un algo que se venía preparando a través de las partes anteriores: la actitud del poeta ante el paisaje de tierras pobres y hombres pobres es de admiración ahora. Ese paisaje le ha llegado al alma. Le han entrado al alma las tierras; le han entrado también las gentes que las habitan. " El Poder de la Palabra epdlp.com