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Se parece el dolor a un gran espacio (fragmento) "La obra de este pintor, desde 1949, se caracteriza por un uso creciente de la libertad, en el camino que, según su propia definición, va «de lo abstracto a lo posible». La posibilidad, para él, ha consistido en utilizar la abstracción lírica, que encontrara en torno a 1945 por el predominio de lo lineal, dentro de un concepto que sin reservas puede ser llamado caligráfico. Las «escrituras» de Mathieu son como magnificaciones de una extraña paleografía, cuyos caracteres herméticos e indescifrables, solo hablan por el simbolismo de la forma y por la expresividad del color. Arrebatados movimientos lineales diseñan trazos curvos que se enlazan y progresan, emitiendo largos filamentos diagonales, o amplios nudos de elegante gesto. Casi diez años lleva Mathieu escribiendo en las paredes inacabables de sus lienzos pictóricos. No importa lo que pretenden contarnos muchos de sus títulos, se trate de la coronación de príncipes verdaderos o de las matanzas reales ejecutadas por órdenes imaginarias. Pero sí se trata de la revaloración que ese arte supone —al margen de la política y a pesar de las sugestiones que de ella tome— del idealismo medieval, de los fondos luminosos de las leyendas, de las vidrieras alucinadas por la luz, de los escudos heráldicos llameantes de colores puros. Las pinturas de Mathieu han encontrado para el arte de Occidente un lugar de cruce entre las imágenes estrictamente pictóricas y la visionaria transfiguración de esas otras imágenes, cargadas de una belleza y vida más recónditas, que se constituyen en las páginas de los códices, en los blasones, en los tapices sembrados de flores de lis, en los trazos que los calígrafos insertaban para vivificar los ritmos marginales de las páginas, dando a la línea la misma intensidad que posee en las nervaduras de lo arquitectónico, o en los meandros, ya más alejados, de las fíbulas célticas. " epdlp.com |