Diario de viaje a París (fragmento)Horacio Quiroga
Diario de viaje a París (fragmento)

"Génova es una muy linda ciudad comercial, con algunos desahogos de gran elegancia. Está construida bien sobre el mar, a lo largo. Las calles son angostas, empedradas á gran adoquín; muy angostas. Como cosas curiosas tiene: sube al tren una persona de sombrero de copa, largo levitón á la prusiana, guantes blancos de hilo y un bastón de borla debajo el brazo. ¿Es un senador ó un prefecto de policía?. No señor: es un guarda municipal; Algunos carruajes llevan plumeros de negro en la testa de los caballos; una infinidad de militares por la calle; una fortificación á derroche, en las cinco montañas que miran al mar, en los paseos, en los parques, en todos lados. Por otro lado, hoy hace calor y me va bien.
Hay, sobre el mar, sobre una terraza á pico, un magnífico palacio casi japonés, casi suizo, que es una monada. Le rodea un jardín ecuatorial y prolijo, mientras caen sobre el muro que da al mar, en grata profusión, glicinas á grandes ramos, yedras desgajadas, formando el lila sobre el verde oscuro, á manchones, un efecto de mucha languidez y poesía.
No me despedí de ninguno de mis compañeros de viaje. Lo que me disgusta en esta ciudad, es pensar que todo el mundo, hasta algunas lindas chicas que he visto, hablan genovés...
En ferrocarril de Génova a París, 9 p.m. A las 7.5 p.m. salí de Génova, La estación es cómoda, con mucho movimiento. Hay bastante desorden sin embargo, pues si uno no se preocupa de consignar cual es el tren que le corresponde (hay 8 ó 10 en la estación), no se lo dicen. Ya puede tomar otro.
/Me han tocado 7 compañeros en un pequeño compartimento del vagón. Vamos muy incómodos. Por suerte recién se bajaron dos —un matrimonio — en la estación de Novi. Ninguno de los compañeros habla italiano: una familia inglesa pura — padre, hijo, hija — ; un sacerdote francés; un matrimonio francés — inglés, y un italiano — francés, inglés.
Abril 24 — 2 1/2  a.m. — Estoy escribiendo y esperando el tren/ para París en Módena, estación de la frontera. Me pasó igual cosa que en Génova con la máquina fotográfica, ni siquiera la miraron. El equipaje lo revisarán en París. Hace un frío de todos los diablos. He tenido que dormir á trechos, incómodo, sentado, apretado, que es mal dormir. Fueran muy cómodos estos carruajes de 2ª si no hubieran más de 4 personas en cada compartimento; de otra manera, deshacen de noche. Veremos cómo pasaré la noche. Por otro lado, estoy bastante desanimado de este viaje, todas caras desconocidas, sin admirar gran cosa porque estoy solo, sin comunicar á nadie mis impresiones. Con el idioma me entiendo bastante bien, aunque á veces suelto una expresión en pleno castellano por la dificultad de hallar el equivalente en francés. "



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