Mi educación (fragmento)Susan Choi
Mi educación (fragmento)

"Es posible que lo dijera por esa costumbre suya de proponer dos significados opuestos para que uno eligiera, pero las palabras, aunque las escuché acompañadas del chirrido gomoso del corcho de la botella de whisky al encajarse de nuevo en la botella y de sus pasos airados en las escaleras, no lograron penetrar el espeso estupor de mi deseo. No estaba dispuesta a permitírselo. Y si lo hice fue solo para pensar, con superioridad compasiva: Pobre Dutra. Ni siquiera supe si había cerrado la puerta principal mientras le arrancaba las ropas a Martha y devoraba su cuerpo, tumbada sobre ella en la alfombra usada, como si con ello pudiera apropiarme no solo de lengua, pechos y manos, sino de cada nudillo y articulación de cada dedo del pie, de cada hombro y cada rótula, del tórax y el esqueleto enteros. Chupando aquí y metiéndome allá. Cuando todo lo demás fallaba, tragándomelo entero. Así podría retenerla.
Puesto que las clases se habían reanudado sin mí; puesto que ni siquiera tenía a Dutra llegando tarde a clase después de haber estampado su despertador contra la pared; puesto que mi profesor de Añoranza trabajaba según un enrarecido calendario emérito que situaba nuestra próxima reunión en algún momento entre Navidad y Semana Santa; puesto que, para ganar más dinero, había empezado a escribir críticas de cine para un periódico gratuito local, a treinta dólares por pieza de los cuales debía pagarme la entrada, de forma que para ganar algún dinero me pasé horas y horas sola en la oscuridad viendo casi todas las peores películas de 1993, transcurrieron semanas antes de que me diera cuenta de lo que significaba que las clases se hubieran reanudado sin mí. Significaba que Martha había retomado su vida oficial en el campus, sin mí. Con la severidad teutónica de Anya como pretexto, ya se las había arreglado para trasladar por completo nuestro romance de su casa a la mía, de forma que yo ya no cruzaba su umbral y mucho menos dormía en su cama. Lo mismo que tampoco recorría con ella la explanada del campus con un brazo sujetándola fuerte por la cintura, con independencia de todas las veces que había imaginado yo un paseo así. Las dos sentadas hombro con hombro en la conferencia de un profesor visitante, y ni nos miraban ni cuchicheaban sobre nosotras. Mi nombre que se incluía en una pintada titilante y recién hecha. Admiración, escándalo, envidia… No necesitaba nada de eso, pero quería reconocimiento. Estaba tan orgullosa de que me quisiera… ¿Es que no lo sabía nadie? Su separación de Nicholas, su historia de amor conmigo tendrían que haber sido las primeras entregas del culebrón sobre la separación Hallett-Brodeur difundido por todo el campus. Y sin embargo cuando le decía algo al respecto abría la boca, asombrada y ofendida. "



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