Cleopatra: Soy fuego y aire (fragmento)Harold Bloom
Cleopatra: Soy fuego y aire (fragmento)

"Desde luego, se puede observar que el Antonio de Shakespeare es, al fin y al cabo, creación de Shakespeare. Espacioso como siempre, su espíritu nos muestra más que suficiente para alienarnos de Antonio y de Cleopatra, pero éste no es su estilo. Ninguno de ellos nos mueve a la empatía ni a la compasión. Y sin embargo, la amplitud con que están imaginados hiere nuestra consciencia. Falstaff me seduce hasta descorazonarme. En mí siento la angustia de que sea rechazado por Hal. ¿Y cómo no se puede lamentar la mengua de alegría y vitalidad al pasar de las dos partes de Enrique IV al brillante pero vacío Enrique V?
El mejor Shakespeare nos sigue pareciendo inaprensible. Rara vez puedo encontrar las palabras lo bastante precisas para imaginar su actitud ante sus principales protagonistas. Al final supongo que comparte la apreciación de su estilo elevado de lenguaje y existencia que produce en nosotros. Ellos viven, se mueven y alientan en ámbitos que alcanzan los límites de lo humano. Antonio es tanto un Baco o Dioniso como un Hércules. El Dioniso egipcio era Osiris y Antonio muere la muerte de Hércules, esparcido en el sparagmos de Dioniso-Osiris. Isis era la Afrodita o Venus egipcia, una figura encarnada en Cleopatra, que recoge los miembros de Osiris para que resucite. Aunque, cuando muere, Cleopatra tenga finalmente la visión de un reencuentro con Antonio en los Campos Elíseos, ¿quedamos convencidos?
A lo largo de mi vida he reflexionado sobre el perspectivismo de Shakespeare y me pregunto si alguna vez llegaré a entenderlo. Su increíble alcance y ágil «ver-lo-otro» (por llamarlo así) me llevan de nuevo a reparar en que no puedo salir de él. Todos nosotros nos hallamos dentro de su benigna contención. El milagro de su Rosalinda en Como gustéis consiste en que su claridad y temperamento normativo nos impiden felizmente cualquier perspectiva irónica que buscásemos para ganar poder sobre ella. El ámbito de su mundo es ella misma.
Es evidente que Shakespeare nos permite numerosas perspectivas irónicas respecto a Cleopatra y Antonio. Podemos ver lo que ellos no pueden, pero este privilegio no rebaja su compartida apreciación recíproca. ¿Es esa estima mutua una forma sublime de amor o se trata de dos potentados que buscan su reflejo en los ojos del otro?
Salvo Shakespeare y Platón, el poeta que mejor conoció la esencia del amor fue Shelley: El gran secreto de la moral es el amor; o un salir de nuestra propia naturaleza y una identificación de nosotros mismos con lo bello que existe en el pensamiento o la acción ajenos, o en otras personas, no en nosotros. "



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