Escribir (fragmento)Marguerite Duras
Escribir (fragmento)

"Mi hermano menor murió durante la guerra de Japón. Murió, y murió sin sepultura. Fue arrojado a una fosa común encima de los últimos cuerpos
enterrados. Y pensarlo es tan terrible, tan atroz, que no se puede soportar, y, antes de haberlo experimentado, no se puede saber hasta qué extremo. No se trata de la mezcla de cuerpos, en absoluto; es la desaparición de ese cuerpo en la masa de oíros cuerpos. Es el cuerpo, su cuerpo, el suyo, arrojado a la fosa de los muertos, sin un nombre, sin una palabra. Excepto la de la oración de todos los muertos.
No fue ése el caso del joven aviador inglés, ya que los habitantes del pueblo cantaron y rezaron de rodillas en el césped alrededor de su tumba y permanecieron allí toda la noche. Pero, con todo, la historia me remitió al osario de los alrededores de Saigón donde se encuentra el cuerpo de Paulo. Pero ahora creo que hay algo más que eso. Creo que un día, mucho después, mucho después aún, no sé exactamente, pero ya lo sé, sí, mucho después, volveré a encontrar, ya lo sé, algo material que reconoceré como una sonrisa fija en las cuencas de sus ojos. Los ojos de Paulo. Allí, hay algo más que Paulo. El hecho de que la muerte del joven aviador inglés se haya convertido en un acontecimiento tan íntimo, se debe a que encerraba más de lo que yo creo.
Nunca sabré qué. Nunca se sabrá.
Nadie.
Eso también me remite a nuestro amor. Existe el amor del hermano menor y existía nuestro amor, el suyo y el mío, un amor muy fuerte, oculto, culpable, un amor a cada instante. Encantador aún después de tu muerte, El joven muerto inglés era todo el mundo y también era sólo él. Era todo el mundo y él. Pero todo el mundo no hace llorar. Y además ese deseo de ver a ese joven muerto, de verificar sin conocerle en absoluto si había sido realmente su rostro eso, ese agujero, al final del cuerpo sin ojos, ese deseo de ver su cuerpo y cómo era su rostro de muerto, destrozado por el acero del Meteor.
¿Podíamos ver aún algo de eso? A duras penas se nos ocurre. Nunca pensé que pudiera escribir eso. Era asunto mío, mío, y no de los lectores. Tú eres mi lector, Paulo. Ya que te lo digo, te lo escribo, es verdad. Eres el amor de mi vida entera, el administrador de nuestra cólera frente al hermano mayor y así fue a lo largo de toda nuestra infancia, tu infancia. "



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