Poniente de sirenas (fragmento)Flavio Herrera
Poniente de sirenas (fragmento)

"—...Tengo miedo... Qué cosa más terrible me sucede... ¿Por qué la vida me reservaba aquí, en este rincón insospechado tal sorpresa?... A este hombre acabo de conocerlo... No sé quién es; aunque usted dice..., sin embargo, ya me domina, me subyuga, casi me posee... Con un gesto rige mis actos. Con una palabra suya vine a tierra... Con una súplica suya... ¿Iré al abismo? ¿Qué demonio hay en mi ser, que le obedece? ¿Qué ponzoña hay en mi sangre, que mata mis propósitos y agota mi resistencia?... Una, diez y cien veces en este solo día he intentado salvarme. Huirle, abrumada por no sé qué cosa tremenda que presiento y que humilla mi recato de mujer honesta... Sí, me siento azorada, humillada, humillada ante mí misma; azorada ante ustedes, los que me conocen..., otros del pasaje... Sé que antes que haya ocurrido nada, se hicieron ya de mí supuestos indecorosos... Desde a bordo, cuando empezaron con sus bromas... La aviesa sonrisita de esos maniquíes que me han venido asediando en el viaje. No sé qué rictus burlón, no sé qué mueca furtiva cuando me saludaron esta mañana, como diciendo: “¡La mosquita muerta!”... Me vine a tierra por..., porque a bordo me siento en una falsa postura, en una tensión embarazosa... Primero quise huir, salvarme y me escondí en el camarote... Fue cuando usted, capitán, con él y con otros de aquí, me buscaban por todo el barco. Los oía pasar y repasar por el pasillo y jugué al escondite largo rato; pero cuando temí que regresaran a tierra sin hallarme, algo ciego como el instinto me impulsó a salir, me arrastró fuera. El corazón se me salía del pecho pensando que se habían ido sin mí..., que ya no lo vería más... Luego, aquí en tierra, comenzó la lucha igual. "


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