Del esclavismo al feudalismo en Europa Occidental (fragmento) "Pese a todo, ya en torno al año mil se empieza a notar su influencia, concretamente en el fenómeno, ya mencionado, de la disminución de las grandes hambres. En este sentido resulta muy esclarecedora la comparación de los textos del siglo IX con los de comienzos del XI. En los primeros, los analistas despachan con pocas palabras el flagelo del hambre, mientras que los cronistas ni lo mencionan. A ellos no les llama la atención el hambre, porque no es propiamente un hecho memorable, forma parte del orden natural de las cosas. Después del año mil, en cambio, las «grandes hambres» dan lugar a descripciones detalladas y sobre todo llenas de espanto: aparecen como hechos inauditos que revelan un desorden en los valores, una vuelta al caos original. Lo cual es señal de que, pasado el primer tercio del siglo xi, pasada la última gran «tribulación» de 1031-1032, los campos de Francia se encaminan hacia un relativo equilibrio alimentario. Se anuncian tiempos mejores. Así pues, en torno al año mil el envite es claro. Por un lado, el peso de la servidumbre, legado de la Antigüedad y de la época carolingia, tiende a disminuir hasta desaparecer. En vastas regiones del reino (de hecho, en toda la parte meridional), ya no existe, salvo raras excepciones, más estatuto jurídico para el campesinado que el de la libertad. Por otro lado, los considerables esfuerzos realizados por el campesinado desde hacía decenios, por no decir siglos, por escapar de la miseria y la desdicha, comienzan a dar sus frutos: pese a ciertas recaídas dramáticas, la producción empieza a crecer; se entra en un crecimiento duradero. Los campesinos consiguen así dos ventajas: una relativa emancipación y una mejora de sus condiciones materiales y morales de existencia. No cabe la menor duda de que amplias capas de campesinos ven esta posibilidad, como parece probarlo la efervescencia que se extiende por las campiñas durante esta época. Pero para que esta esperanza se haga realidad, tienen que darse dos condiciones previas: que el campesinado obtenga garantías frente a la arbitrariedad de los señores, y que los frutos de su trabajo no sean confiscado con exacciones en aumento. No se cumple ninguna de las dos condiciones. " epdlp.com |