La deseada (fragmento)Maryse Condé
La deseada (fragmento)

"En los meses siguientes, Marie-Noëlle se acostumbró a dar un rodeo considerable para evitar pasar cerca de la casa de Arelis. Su recuerdo la atormentaba. Tenía remordimientos. ¿Por qué? ¿Por no haber sabido protegerla? ¿Por no haber aliviado lo suficientemente su soledad? Había hecho todo lo que estaba en su mano. Es decir, casi nada. Pero el sentimiento de culpa no era lo peor. No soportaba la idea de que, una vez más, como madame Esmondas, su amiga se hubiera marchado sin despedirse. No le quedaba nada de ella. Ojalá se hubiera quedado, en su momento, con alguna foto de Arelis. Esa en la que salía con el uniforme de un colegio religioso de Buenos Aires. O la de su primer matrimonio —que no había durado ni seis meses— con un americano blanco, wasp a más no poder. O bien alguna más reciente, de madre primeriza, con el pequeño Anthony en brazos.
La policía reconstruyó los hechos. El asesino, tras colarse por la ventana, la habría matado mientras dormía, lo que explicaba que no hubiera huellas del forcejeo. Acto seguido, había registrado el piso. No sabía que Arelis, astuta como nadie, no guardaba nada en casa. Iba al banco corriendo, a todo correr, para ingresar lo que ganaba a diario. Presa de la frustración, el asesino se había llevado entonces la cubertería de plata, los candelabros y todos los vestigios de esplendor burgués que pudo encontrar.
Se descartó enseguida al resto de inquilinos, incluidos los hermanos Díaz. En el momento del crimen, numerosos testigos los habían visto borrachos como cubas en el Moonson, aporreando las máquinas tragaperras. La policía archivó el caso rápidamente. Pasó a engrosar la lista infinita de crímenes abyectos, ordinarios, que a diario se producen en las grandes ciudades y que rara vez se resuelven. Se trataba de una sexagenaria solitaria, y algo chalada, a quien nadie echaría de menos. ¿Tenía siquiera familia en los Estados Unidos?
Unos seis meses después, una hermana de Arelis que vivía en Chicago, de quien no se sabía nada, dio señales de vida. La casa se puso en venta. "



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