El plano astral (fragmento)Enrique Jardiel Poncela
El plano astral (fragmento)

"Por las tardes se sentaba en su cuarto y escribía; tenía un librito donde trazaba sus Memorias; en una de sus páginas se leía: «Anoche, como todos los días, Jack vino a mi alcoba. Cuando papá duerme, cuando todo reposa en silencio, yo oigo sus pasos quedos sobre la alfombra. Después siento sobre mi cuerpo el contacto adorado de sus manos; todo mi ser se enerva y se estremece; es como si sus manos fueran eléctricas. Alzo mi cabeza, ofrendo mi boca y hallo en la oscuridad la suya; prendemos las dos en un beso magnífico, divino. ¡Pobres mujeres las que sólo disfrutan de un amor material y creen poseer el placer supremo! Esta dicha mía es inenarrable. Jack no me habla nunca. No hay nada tan fuera de lugar como la palabra en esos instantes supremos. Nuestras bocas ya no se desprenden. A veces oigo dar las cinco de la madrugada gozando de ese amor absoluto, más que humano, astral, ¿por qué no decirlo?
»Vivo sólo por su amor y para su amor, y los momentos en que “él” no está conmigo los llena su recuerdo. Soy gloriosamente feliz.
»Algunos atardeceres también suele venir Jack. Entonces me habla mucho, con una voz susurrante, deliciosa. Me dice que cuando yo muera seremos dos fluidos que se compenetrarán, que se amarán apasionadamente, porque Dios es infinitamente bueno y el amor es su doctrina.
»¿Cómo no ser feliz? La vida para mí es un paraíso, la muerte una delicia, el más allá otro paraíso sin fin, incalculablemente superior al que disfruto aquí.
»Nadie, estoy segura, es tan feliz como yo».
Así decían las Memorias de Bessie Gray. "



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