Desde Europa (fragmento)César Vallejo
Desde Europa (fragmento)

"Los golpes de Massis y sus amigos contra el Oriente y contra los orientalistas, más o menos francos o disimulados, tales como Lenin, Curtius, Keyserling, Spengler, son golpes defensivos. Massis no quiere dominar el Oriente, sino defender a Europa de lo que él llama "el peligro oriental”. En cambio, los golpes de Massignon y de los demás orientalistas de la en cuesta, son golpes ofensivos o, por lo menos, violentas demandas por delitos de cultura y humanidad, que ellos se encargan de denunciar y precisar uno por uno. Europa desconoce totalmente el Oriente. Se ha explotado las riquezas orientales sin medida ni moral alguna. Existía en el pasado del Oriente muchas cosas interesantes y los europeos las han hecho desaparecer por completo. En fin, la acción europea ha producido la debacle de la vida y de la cultura del Oriente. Es hora, pues, de que el Occidente rinda cuenta de esta ruina absoluta del espíritu oriental...
Entonces, todo el mundo se pregunta: ¿Los pueblos del Oriente son capaces de organizarse económicamente fuera de Europa y contra Europa?
Solamente el Japón posee industria. La India, el Egipto, la Turquía, empiezan recién a organizar la suya y sus fábricas están todavía en embrión.
En el Oriente musulmán no hay todavía nada. Pero la impotencia actual contribuirá allí a aumentar el odio, ese odio con el que aquellos pueblos nos empiezan a conminar al juicio de la historia.
Y el mismo señor Massignon se encarga de definir este juicio, con las siguientes palabras de conciencia: ‘'Desde Cristóbal Colón, todos los europeos cargamos los pecados de la mala colonización. Hemos arruinado las filosofías y las religiones del Oriente. Los orientales no creen ya en nada.
Un vacío inmenso se ha producido en la vida del Oriente y allí sólo cabe la anarquía o el suicidio. Una gran desgracia les aflige: han perdido su alma y la han perdido por nosotros. Ahora la reclaman de Europa y tal es la terrible cuenta que tenemos que rendir ante el Oriente..." Palabras ti emendas son éstas; voces apocalípticas, corneta de juicio final. Porque estas afirmaciones salen de la conciencia honrada de un hombre insospechable y sabio en la materia. M. Louis Massignon, que es el Profesor del Colegio de Francia, ha vivido largos años en Marruecos, en Egipto, en Bagdad, en Constantinopla, en Jerusalén, en los Dardanelos, en Siria. Sus declaraciones acerca del Oriente nada tienen de literarias y diplomáticas, como las de Paul Morand, ni de eclesiástica cortesana, como las de Tagore.
M. Massignon que no sirve los intereses de ninguna cancillería ni felicita con voz de pastor alemán a los reyes y dictadores europeos, es un escritor libre. No es siquiera un apóstol ni un correo de gabinete. M. Massignon habla solamente como un hombre. "



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