Jorge Semprún: extraño en todas partes (fragmento)Soledad Fox Maura
Jorge Semprún: extraño en todas partes (fragmento)

"Una vida dramática no es suficiente para hacer literatura. Semprún tuvo una vida «extraordinaria», pero hay miles de vidas extraordinarias del siglo XX –vidas que incluso pasaron por el exilio republicano en Francia, por los campos de concentración, o por la militancia comunista clandestina–, que son y serán siempre anónimas. Hay que reconocer al Semprún escritor, porque para él la escritura fue el único camino (a diferencia del «único camino» de la Pasionaria) que le permitió ser libre y porque pagó un precio muy alto por seguirlo. Solo al escribir pudo esquivar las reducidas categorías –siempre enemigas– que la vida le proponía: en Francia fue durante mucho tiempo el rouge espagnol, en España un rojo afrancesado. Para los franquistas fue un radical militante y para los comunistas nunca dejó de ser un aburguesado. Para los nazis era enemigo y prisionero de guerra, y para algunos su experiencia en Buchenwald no contaba tanto porque, como no era judío –únicamente prisionero de guerra– y hablaba alemán, le trataron mejor. ¿Cómo pudo vivir Semprún entre tantas sandeces, tanto odio, tanta envidia?
Una de las preguntas que le hacían era si «se sentía» más francés o español. «¿Te sientes español?». Una pregunta ambigua cargada de fascinación y desprecio hacia los que han vivido fuera, que insinúa que el interrogado tiene la obligación de sentirse español, aunque no el derecho. Una pregunta que se encuentra motivada por ese afán de encasillarlo todo y a todos. ¿Cómo no iba a sentirse Semprún español, cuando para él la infancia –madrileña– era primordial, y vuelve a ella en casi todas sus obras, cuando se pasó la vida intentando desentrañar y manipular el rompecabezas de esas imágenes de la niñez como hizo Proust con las suyas? "



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