El siglo soviético: Arqueología de un mundo perdido (fragmento)Karl Schlögel
El siglo soviético: Arqueología de un mundo perdido (fragmento)

"La división del mundo no sólo discurría por las fronteras exteriores, sino que también tenía su reflejo en el espacio del propio país, sobre todo en la capital, Moscú. Allí a los extranjeros se los exhibía, se los exponía más que en otras partes, especialmente si venían de Occidente. Eran representantes de un mundo distinto, ajeno, a menudo también hostil. Vivían en una esfera especial en la que estaban apiñados, protegidos o aislados, y a la que el ciudadano soviético común normalmente no tenía fácil acceso. Si se pretende describir la sociedad cerrada de la Unión Soviética, no pueden olvidarse los enclaves en los que vivían los extranjeros o representantes de países occidentales, tachados de enemigos. Hasta la fecha, la vida en estos enclaves casi extraterritoriales de la ciudad apenas se menciona en los estudios científicos de la soviet way of life, pero nunca falta en los recuerdos y las descripciones de los que tuvieron contacto con esta realidad, es decir, diplomáticos, periodistas, gente de negocios, estudiantes o expatriados.
En la Unión Soviética era fácil reconocer a los extranjeros ya sólo por su aspecto. Las cabezas descubiertas, los gorros de lana o el calzado de los foráneos demostraban a los autóctonos que todavía no habían aprendido a vestirse adecuadamente para el invierno ruso. En los casos en que los ciudadanos soviéticos preferían las cazadoras de cuero, ellos elegían abrigos y gabardinas. El diseño de la montura de sus gafas no sólo era distinto, sino que cambiaba con las modas, mientras que los soviéticos que llevaban gafas tenían que contentarse con el mismo modelo para casi toda la vida. Los extranjeros recorrían la ciudad con bolsas de Marlboro y Suchard. Incluso sus andares eran diferentes: actuaban como si se pudiera confiar en que la acera fuera lisa y regular, y nunca se fuera a pisar un agujero o saltar un charco. Pero, sobre todo, vivían en su propio mundo. "



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